chapitre deux

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Sunghoon se despertó a las 6 a.m, puesto que tendría clases.

No sabía con exactitud en que momento Heeseung se había marchado, pero al apenas abrir los ojos, sintió su frente pegajosa. Era la nota que Heeseung le había pegado.

Al leerlo se sintió algo extraño, fue como si fuesen novios y él se habría dormido en su cita.

Estos pensamientos que estaba teniendo Sunghoon fueron esfumados cuando su madre lo llamó a alistarse para sus clases.

Durante el camino de ida a clases, él no podía dejar de pensar en ello, era algo extraño ya que, jamás lo había tenido tan pensativo una persona, y menos si se tratase de su mejor amigo.

Llegó a clases, y lo vió parado en la puerta del salón.

-Hola Heeseungie, ¿Cómo estás?

-Sunghoonie, ¿Cómo dormiste anoche después de eso?

Cuando Sunghoon estaba por responderle, pasaron unos compañeros susurrando.

-Eh...bien Hee.

Hizo lo posible por cambiarle de tema.

-Hee, ¿Los chicos ya regresaron del viaje?

-Si Honnie.

Sus mejores amigos, tenían un viaje escolar, y aunque iban al mismo salón, podían ir quienes quisieran pero efectivamente, todos querían ir menos Heeseung y Sunghoon. Aunque los chicos les rogaron que fueran, ellos se negaron rotundamente a ir.

Pasaron clases con normalidad, como siempre.

Al tocar la campana, esperaron pacientemente a sus amigos.

-¡Sunoo!¡Chicos!- gritó Sunghoon apenas vió a sus amigos.

Al verse, los siete chicos se abrazaron.

-Los extrañé- dijo Ni-Ki

-Nosotros a ustedes chicos.

-¿Qué tal su viaje chicos?-preguntó Heeseung.

-Estuvo genial, la próxima deberíamos salir todos juntos.

-Tenemos que festejar que llegamos.- dijo Jake.

-El viernes. -dijo Jungwon.

Todos los chicos salían caminando juntos del instituto.

-Vamos a la biblioteca a terminar las tareas-

Fueron todos a terminar sus tareas y estudiar para sus exámenes. En compañía es mejor.

Pasaron un rato en aquella biblioteca. Todos amaban ir allí, bien porque se habían conocido todos allí.

«Hace 7 años atrás»

-Mamá, no quiero estudiar allí.

Jungwon se quejaba de que sus padres lo dejaron estudiando solo en aquella biblioteca.

Él no pudo contener sus lágrimas y comenzó a llorar.

Sus padres lo obligaban a estudiar duro, y a esforzarse de más en sus calificaciones, lo que a él lo llevaba a llorar todos los días.

Unos chicos que se encontraban cerca, se acercaron a consolarlo.

El niño más bajito tosió.

-¿Cómo te llamas?-

-Y-yo me llamo J-Jungwon... -dijo entre sollozos.

Uno de los niños, se acercó a abrazarlo.

Tenía unas mejillas muy redonditas, y tenía una sonrisa muy bonita.

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