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La lluvia caía sobre la calurosa ciudad de Guayaquil, el clima se había tornado ligeramente frío, aunque podía sentirse una breve corriente de aire caliente presente. Sentía las manos frías del militar sobre sus mejillas sonrojadas, sosteniendo su rostro como si del tesoro más sagrado se tratara.
Una dulce mirada del militar no se hizo esperar, los latidos de su corazón delataban sus sentimientos más profundos que tenían que ser escondidos ante los ojos de los demás. Por su parte, el joven empresario desvió su mirada, algo avergonzado por la atención que recibía de su amante, aunque en el fondo solo deseaba que esa atención se mantuviera en él para siempre.
Un corto beso fue robado de sus labios, sonrió levemente ante esta acción, aunque su sonrisa se vio opacada por las preocupaciones que volvían a cruzar por su mente.
Jan se dio cuenta de esto, mirándole con dulzura y orgullo pronunció:
"Estoy muy orgulloso de ti, Dani, no debes de preocuparte tanto, estoy seguro que lo harás muy bien, tienes el apoyo del pueblo, y mi apoyo incondicional".
Aquellas palabras rompieron con el silencio que reinaba la noche y la habitación donde se encontraban juntos en una "reunión importante".
"No sabes cuánto agradezco que estés conmigo en este momento, aún no proceso haber llegado a segunda vuelta, o incluso que en este momento soy lo único que se interpone con el correismo".
Sus palabras cargaban con ligera tristeza, deseando que en lugar de ser Luisa su contrincante, lo fuera Jan, para al menos así tener una oportunidad de debatir con él una vez más sin políticos, que más son payasos, de por medio.
"Te mereces estar en ese lugar, seguramente serás el presidente con la primera dama más hermosa". Jan sintió su corazón oprimirse al mencionar aquello, más trató de mantener su compostura optimista.
"Sí..." Respondió con un murmullo, amaba a su mujer, pero también amaba a Jan, tal vez si lo hubiera conocido antes todo habría sido demasiado diferente, aunque movió levemente su cabeza alejando aquello de su mente, para su mala suerte, el hubiera no existe y solo es una idea fantasiosa. "Tú deberías estar en mi lugar, Jan, tú sabrías que hacer y como continuar con todo sin titubear" Su voz se quebró, era un ser humano después de todo, podía sentirse abrumado, ansioso y temeroso de lo que le depara el futuro.
"Dani, eso ahora no me corresponde a mí, puedo apoyarte, pero no podré hacerlo todo, aunque me nombres de Ministro, siempre habrá problemas, pero tengo fe de que lograrás encontrar una forma de solucionarlo, con o sin mí a tu lado" Acarició la mejilla del Noboa con gentileza, tratando de reconfortarlo y alejar los pensamientos que agitaban su mente como la tormenta que se desarrollaba a las afueras del hogar de su amante.
Daniel sintió sus ojos picar y sin más, abrazó al ex-candidato a la presidencia, aferrándose a él, las lágrimas recorrían sus mejillas tibias; sintió las manos frías de Jan rodearlo con amabilidad, correspondiendo el gesto que más necesitaba en ese momento.
Cuanto deseaba que aquello durara eternamente, pero nada en esta vida es duradero; la lluvia se detuvo con lentitud, dejando los charcos de agua que ondeaban por una ligera brisa de aire que empezaba a recorrer las calles. Con eso, estaba la señal para acabar aquella reunión y guardar otro secreto en las elecciones.
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Nota de la autora: Gracias por leer esta estupidez que se me ocurrió escribir mientras trabajaba, en fin, lamento que esté algo corto, hoy la inspiración me ha pateado tanto como me patean las cuentas por pagar.
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Secreto en las elecciones [Toboa] [Daniel Noboa x Jan Topic]
Fanfiction------------------------------- "Los secretos siempre están presentes, pero nadie esperaría encontrar secretos acerca de los candidatos más hablados." ------------------------------- Notas de la autora: > Nunca pensé en animarme a escribir algo así...