Mi sentir.

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¿A qué edad fue que empecé a tener conciencia sobre mis decisiones tanto como para saber que tendrían una consecuencia todas y cada una de ellas?.
¿Cuándo fue el primer desliz que cometí teniendo que abstenerme a las reprimendas dictadas por mis mayores?.
¿En qué momento tomé la decisión de que la soledad era la mejor alternativa a mi vida?
¿Cómo fue que me acostumbré a un simple entorno gris?. siempre tan monótono, siempre tan corriente, siempre lo mismo de siempre.

¿El tonto vive en felicidad porque ignora los males que le rodean?. Si es así, ¿Por qué hay tontos infelices y a su vez, inteligentes rebosando en abundancia emocional?
El tonto no sabe qué es lo que tiene hasta que lo pierde, el inteligente es feliz por haber apreciado cada momento y guardar detalles en su memoria.
Sin embargo también hay tontos felices e inteligentes tristes.
El primero sabe lo que tiene y aprecia lo poco que se le da, mientras que el otro vive en la lujosa monotonía de saber lo que vale todo lo que tiene desde la A hasta la Z.

Yo si bien no me considero la persona más lista que conozco, tampoco soy la más idiota. Diría que estoy entre el promedio.

Mis padres siempre fueron personas ocupadas incluso en la pobreza en la que nací, siempre buscaban la forma de mantenerse en algo. Si bien mi padre no era el empleado del mes en una empresa u oficina, se ganaba la plata del día embolsando carbón o haciendo remís con un Falcon todo destartalado que sostenía la puerta con alambres.
Mi mamá venía de un matrimonio donde estaba acostumbrada a contar fajos de billetes a montones. El marido le pasaba 30 largos años, un señor que conocía mucha gente, con varios colectivos que, en ese entonces cuando era una infante, trabajaban en La Salada.
Está claro que ella no espera cualquier estilo de vida, incluso la casa que tenemos ahora le parece un rancho digno de vergüenza siendo una casa de dos pisos bastante espaciosa.

Luego de que una tarde me dejaran con el hijo de unos amigos suyos jugando en el patio y sucedieran cosas que a día de hoy no me afecta en lo más mínimo, y que por cierto detuvieron a tiempo, quedaron con una especie de trauma de no confiar en nadie para dejarme ni siquiera familiares.
Así fue como me "protegieron" de cosas normales en la infancia y adolescencia de cualquiera; Pijamadas, salidas a la plaza, juntarse con amigos después de clases, incluso pasar tiempo con mi familia o vecinos.
Nos retraimos del mundo, ellos por ser adultos no tanto pero si lo suficiente como para ver a mis primos una vez al año por miedo a que sucediera lo mismo, incluso con mi propio hermano que me lleva 15 años más de diferencia.

Ésto claramente mi familia lo notó más nunca supieron la razón por vergüenza, para que no sientan lástima por ellos, para que no anden divulgando por ahí la poca atención que ponían en mi.
Y siguen con ésto a día de hoy.
Hicieron todo lo posible para que no tenga la necesidad de salir a buscar trabajo por mi cuenta, incluso van a construirme un departamento en el mismo terreno para estar seguros de que estoy bien donde ellos puedan verme. Mi papá se niega rotundamente a dejarme salir sola o con alguien que no conoce, tampoco quiere que busque trabajo porque "No lo necesitas. Yo te voy a dar todo lo que quieras".

Estoy en un punto donde no sé cómo viajar en un tren que es lo más normal del mundo o saber las paradas de colectivos que están cerca de mi casa. Tampoco sé el nombre de las calles, ni cómo manejarme por mi misma.
Ésta sobreprotección está llegando a su límite.

¿Qué puedo hacer?, ¿Pretenden de que tire todo y solo me vaya de mi casa?. Leerlo así parece tan fácil, pero los jóvenes saben que estudiar y trabajar al mismo tiempo es complicado. Todo está caro, encontrar un alquiler al menos decente también, en sí valerse por sí mismo.

Cuando empecé a estudiar en el profesorado de inglés por presión de mi mamá no me fue nada bien. Me agobie con tanta gente que se me agitaba el corazón y sudaba frío. No podía participar tampoco por estar acostumbrada a no tener voz ni voto, tampoco pude relacionarme con mis compañeros o profesores porque me sentía fuera de lugar. Era un constante "¿Por qué sigo acá?".

Estoy acostumbrada a ser ignorada, a ser de segunda selección o incluso la última a la que tomarían. Acostumbrada forzosamente a la soledad, a trabarme tanto por no hablar.
El ser humano es una criatura que necesita interactuar con otros, sino cae en locura o depresión.

Con el paso de los años, y otros acontecimientos que no son de mi agrado contar, aprendí a entrar en un bloqueo emocional donde puedo dejar todo lo que siento en una cajita interna hasta que se desborde como vaso de agua. Todos tenemos un límite, si bien el mio tarda mucho en llegar, ahí está.

No me engaño pensando que todo está bien, al contrario sé que algunas cosas a mi alrededor están mal, y seguramente hayan algunas cosas ilegales moralmente como la retención de un mayor de edad. Solo es un constante:

"¿Otra vez pasó ésto?, Oh.. bueno. Seguimos con otra cosa".

Entonces me pregunto yo, ¿Seré una tonta feliz o triste?, ¿o quizá una cerebrito que desea ver el mundo caer o simplemente disfruta ver el tiempo pasar?. Yo creo que no entro en ninguna de esas posibilidades, allá ustedes lo que opinen sobre mi.

Solo sé una cosa y es que soy muy infeliz viendo como mi vida pasa frente a mis ojos, y no pude disfrutar ni un poco lo que los demás sí. Todo por una mala supervisión de mis mayores, todo por malas elecciones parentales.

Todo por un trauma insuperable para aquellos que no lo vivieron en carne propia, siendo que quien lo pasó fue capaz de seguir adelante.


-D.A.F.
22 DE AGOSTO DE 2023.

"Sentimientos Y Más".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora