capitulo 2 Robin

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El sol se asomaba por la ventana, se colaba por las ventanas de la mansión gótica, donde un hombre de madura edad entraba a la habitación del chico y con un acento británico dice:

-buenos días maestro Dick, levántese y baje a desayunar o llegara tarde a la academia- termina y se retira dejando al joven de 13 años.

El chico levantándose con sueño como si en la noche anterior se hubiese quedado hasta tarde jugando videojuegos, cierto? Eso es lo que hacen los chicos de su edad, pero este chico, Dick no era un chico común, de día era el hijo del millonario y playboy bruce Wayne, mateatleta, el primero en las clases, y de noche era Robin, el chico maravilla, compañero del caballero de la noche, el chico que saltaba de tejado en tejado y peleaba con los lunáticos de ciudad gótica, y ahora aparte de la escuela, sus extracurriculares, su entrenamiento, patrullaje nocturno y ahora estaba en un equipo con los compañeros de los otros superhéroes, claro el no alegaría, pero eso también consistía en más horas entrenando, el tiempo que ocupaba casi no podía juntarse con sus amigos y hacer cosas de chicos ¨normales¨, sus amigos no podían sospechar nada, asique no le quedaba otra que llegar con mucha energía, y muchas excusas de por qué no se puede juntar o quedarse con ellos después de clases.

De un salto se levantó de la comodidad de su cama y entra a darse una ducha rápida, vestirse, lavarse los dientes y todas esas cosas, cogió su mochila y bajo corriendo las escaleras, para el disgusto de Alfred, pero lo dejo pasar por esta vez, el chico se sienta en la mesa excesivamente grande en donde podía sentarse toda su clase y aun quedarían espacios libres (según él) con su mentor sentado a la cabecera de la mesa y el a su lado derecho, el fiel mayordomo consiente de sus actividades extra les trae un desayuno abundante para ellos dos, se ponen a comer animadamente mientras comienzan a conversar de cosas simples, el colegio, el trabajo, etc,.

-Dick hoy tenemos que ir a la fiesta de caridad de los Benedetti, asique tienes que llegar temprano del colegio,- dice el mayor tranquilamente.

-pero bruce, hoy tengo que quedarme al taller de matemáticas...- pauso un momento y dijo con la voz más baja - y luego debo ir a entrenar con los chicos- el chico sabía que no debían hablar ni siquiera en la mansión sobre sus trabajos nocturnos (como ellos les llaman, [o como yo les diría]) cualquiera podía entrar por alguna visita o una de las molestas entrevistas, y no podían tener sospechas de ellos, él lo sabía, no por nada había sido entrenado por uno de los mejores detectives del mundo.

-ahí veremos cómo puedes salir temprano, yo me encargo de eso, ahora dime que vas a decir si alguien te pregunta por tu brazo- dijo bruce.

El chico volvió su mirada hacia su brazo tenía una cicatriz del porte de su codo a su mano, se la había hecho el joker ya que según él era "divertido", para la suerte de gótica el dúo dinámico pudo contra él, últimamente los villanos se estaban haciendo cada vez más fuertes, lo pensó un momento y dijo:

-lo tapare con la camisa o el bléiser y para el equipo deportivo me cambiare cuando todos se hallan ido así nadie se da cuenta- dijo con una sonrisa al final él era el chico maravilla y podría con todo,- y si alguien se da cuenta diré que fue cuando estaba haciendo gimnasia y choque contra el trapecio...-

-ok, ahora come que se te hará tarde- dice bruce, mientras mostraba una pequeña sonrisa al ver al chico comer rápidamente como para competir contra un velocista.

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La limosina se paró al frente de la academia gótica una de las escuelas más prestigiadas de toda la región en donde asistías si eras un genio o tus padres tenían un mínimo de 10 ceros en su cuenta bancaria, Dick se bajó apresuradamente mientras se despedía de Alfred con un movimiento de mano, a la entrada lo esperaba Bárbara Gordon, la hija del comisionado de gotham, su mejor amiga y una de las pocas que conocían su secreto,

justicia jovenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora