𝐏𝐀𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋

𝐈

Enjoy!

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—Lo prometiste, tomi.—

— Lo sé, Bi. solo déjame terminar y juego contigo, ¿si? —

Un pequeño puchero se escapa de los labios del hermano menor, acepta la condición de su superior. sus finas piernas adornadas por un short café de pana dan cortos pasos hasta estar en frente de su hermano y se sienta en el liso y frío suelo de mármol entre las piernas de su hermano que se encuentra sentado sobre el sillón reluciente de cuero café, los pies descalzos de Tom apenas logran tocar el suelo. Bill sabe que no le queda de otra más qué ser paciente, las rabietas no funcionan con su hermano, no siempre.

Fija sus grandes ojos oscuros hacia el pequeño televisor resplandeciente, el televisor por el cual su hermano no le presta atención, este reproduce un sin fin de imágenes en caricatura, pequeños personajes que pelean entre sí, el mayor de ambos maneja los movimientos y ataques de uno de ellos por medio de un control.

Odia que su hermano no le preste la atención que busca, él ama la atención que le brinda el mayor, pero esta vez no la obtiene, no al menos pronto, y así ha sido desde que sus padres le compraron ese videojuego, Tom había sacado pulcras calificaciones en sus exámenes finales dándole así el
premio de ser el mejor de su clase, sus padres no cabían del orgullo que sentían y como premio por el esfuerzo de su hijo le obsequiaron aquel artefacto. El mayor quedó hipnotizado ante tales figurillas dimensionales que entran en combate. pero el pequeño Bill no quería jugar con el videojuego, quizá por qué aún era demasiado pequeño para entender bien cómo funcionaba el pequeño control que manipulaba a los caracteres, o quizá era por qué él solo quiere jugar con Tom, y tenerlo a él era más que suficiente.

Bill juguetea con uno de los fríos dedos del pie de Tom sin despegar la vista del televisor, el aburrimiento y su berrinche poco exitoso le ha hecho sucumbir a la manera en que su hermano dirige el carácter de la pantalla. Los deditos de sus manos se meten entre los dedos del contrario con algo de travesura con la esperanza de que su hermano recuerde que aún existe, sus orbes cafés dejan de ver el televisor y viajan hasta la mirada de su hermano, este no le mira, está ensimismado, puede ver pequeños colores como los del arcoíris salir desde la pantalla y relucir en los ojos mieles de Tom, también fija su mirada en sus labios, gruesos y brillantes por la saliva que proporciona en sintonía con su lengua cada vez que cree que perderá. Tom frunce los labios y los vuelve a relamer, el pequeño Bill hace exactamente lo mismo con los suyos, como si saboreara los de su hermano, en inocencia no sabe por qué lo hace.

Un sonido extraño sale de la pantalla y una voz grave repite con malicia "You Lose"  Bill sufre un espasmo de sobresalto, estar tan concentrado en Tom le hizo olvidar por un momento en que situación se encontraban. El mayor de los hermanos se tensa, frunce el ceño y arroja con desgano el control a la mesa ratona.

—Rayos, estuvo cerca.—

Los labios de Bill dejan a la vista una sonrisa traviesa, sabe que ahora la atención de hermano será toda para él.

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- Tomi! mírame! - una hermosa carcajada es soltada por el pequeño, en busca de la mirada de su hermano.

- Qué bien lo haces Bi!- Tom lo elogia, se siente orgulloso de su hermanito, está montado en su bici, sin las ruedas de apoyo, Tom se ha encargado esta última semana en ayudarle a aprender y por fin lo consiguió.

Bill está eufórico, sus pequeños pies se mueven a velocidad de la luz, quiere ir tan rápido como su hermano cuándo monta su propia bicicleta, su mirada viaja desde el pavimento hasta su hermano, quiere ver su orgullo, quiere sentirse aprobado por Tom.