PRÓLOGO

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14 de febrero es un día más en el calendario”

YoonGi nunca en su vida había sentido nada potencialmente fuerte por nadie.

En la primaria las niñas a su alrededor parecían hablar de cosas que no lograba comprender, generándole mucho conflicto interactuar con cualquiera de sus compañeras, incluso si lo intentaba parecía que estaban en frecuencias totalmente opuestas.

Recuerda aquella vez donde en San Valentín una de las niñas del salón contiguo al suyo se dirigió a él con una tarjeta con tanta brillantina que parecía brillar solo. Al principio un Min de 8 años creyó que sería para otro de sus compañeros de clase; pero rápidamente se dio cuenta que aquel gesto era para él, entonces solo se quedó perplejo hasta que después de su trance solo atinó a gritar:

-¡No quiero ser tu novio!

Y terminó huyendo al baño, quedándose ahí por horas hasta que llamaron a sus padres porque YoonGi estaba muy apenado para regresar a su salón de clases. A sus padres les pareció una situación bastante cómica, pero para YoonGi fue el momento decisivo en que se dio cuenta que el romance no era lo suyo.

Cuando entró a la pubertad la situación no parecía cambiar, él estaba totalmente desinteresado en lo que sea que involucrara peluches, chocolates, tarjetas o ridículas pancartas de declaración. Demasiado dramatismo y "azúcar" para su vida, él estaba bien solo y procuraba que así se quedara el resto de su vida, cosa que le había costado un par de burlas de sus amigos más cercanos, sin embargo le daba totalmente igual.

Todo el mundo sabe que la vida da muchas vueltas, YoonGi lo sabía pero no tenía idea de que cierto día en la escuela iba a conocer a cierto castaño en los pasillos de la escuela. Tenía una apariencia bastante prolija en contraste de su personalidad algo torpe.

No recordaba haberlo visto nunca, y claro que le pareció atractivo en ese momento, pero no había despertado nada en él hasta que llegó la temporada de otoño en la cual la escuela celebraba el aniversario de la institución, armando para esta diversos números de actuación para rendirle tributo.

Aquella vez YoonGi ,por alguna razón que no recordaba, se había quedado en la escuela después de que ya casi no habían estudiantes en toda la escuela; excepto los que ensayaban para el número músical. YoonGi se acercó a la ventana porque la música siempre había sido de sus artes favoritas y la banda escolar eran demasiado geniales en lo que hacían; entonces pudo divisar a un tímido Kim TaeHyung que a pesar de sus nervios demostraba un gran talento para el saxofón.

Lo dejó encantado. No sabía cuánto tiempo se había quedado viendo los ensayos, pero lo que sí sabía era que algo había despertado en él. En un inicio a aquello le llamó "admiración y respeto" por la habilidad que tenía al manipular su instrumento; sin embargo mientras más veces se lo topaba en cualquier lugar de la escuela, más era consciente de la vibración que sentía en su pecho al verlo.

«Tal vez el romanticismo no es tan horrible como yo había creído» pensó YoonGi una tarde mientras tenía una sonrisa boba dibujada en los labios.

Here we go again


«On My Heart» | YoonTae (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora