Ya me había graduado, y por fin podría hacer el viaje por el que llevaba años ahorrando. Siempre me he considerado una persona muy abierta al mundo, me encanta viajar y conocer lugares nuevos, todo lo que sea diferente a mi día a día aquí, en Barcelona.
Me costó mucho convencer a mi madre de hacer el viaje sola, es más, me costó mucho convencerla de hacer el viaje en sí. Durante los últimos años compaginé el instituto con un trabajo de camarera, e hice de canguro muchas veces...
Eso más la paga semanal, el dinero que me regalaron mis abuelos y todo lo que había ido consiguiendo, tras años de espera por fin había logrado reunir todo el dinero suficiente para el viaje.
Y aun así me costó convencer a mi madre.
Mi madre es una persona bastante sobre protectora que digamos, no sé si es por el hecho de que me crío sin un padre a su lado, o si es un instinto que obtienen todas las mujeres al ser madres.
Cuando era pequeña pensaba que todas las madres eran como la mía, pero con el tiempo me di cuenta de que no era así.
Durante el último mes dediqué la mayor parte de mi tiempo a pensar en el lugar donde pasaría mis vacaciones y cuando le dije a mi madre que finalmente me decantaba por pasar unas vacaciones frescas en Argentina casi se atraganta con el agua de la cena.
- ¡¿Argentina!? ¡Te has vuelto loca! - contestó ella muy alarmada.
- Mamá...
- Cariño, ¡Argentina está en la otra punta del mundo! - por lo menos esta vez había intentado controlar su tono de voz, aunque sin mucho éxito.
- Solo serán 3 meses, además me puedes llam... - empecé en tono de súplica, no pude ni terminar la frase porque ella contraatacó.
- No. - dijo secamente.
- ¿No qué?
- Que no.
- Pero mamá, por favor- hasta yo había notado algo roto en mi voz.
- No. Escúchame bien jovencita, no iras a Argentina, me da igual lo que vayas a decir para convencerme porque no lo harás. Así que ya puedes ir pensando otro sitio para tus vacaciones.
Sin decir, nada más se levantó de la mesa y se fue.
Yo, por suerte, ya me esperaba una respuesta así por su parte, y para no echarme atrás, la semana anterior compré un billete de avión con destino a Argentina.
Una parte de mí sabía que era muy mala idea escaparme a Argentina sin la aprobación de mi madre, pero otra mucho más grande y poderosa pensaba que ya era hora de tomar mis propias decisiones sin depender de nadie.
Además, yo ya era mayor de edad y mi madre ya no podía seguir persiguiéndome y obligarme a quedarme en casa como cuando era una cría.
Ahora era una adulta. Una adulta con las cosas claras.
...
- Nora, no es buena idea.
Elia y yo somos mejores amigas desde que nacimos. Nuestras madres se conocieron en la universidad y desde entonces se han hecho inseparables. Así que era de esperar que Elia y yo nos hiciéramos amigas.
Somos bastante distintas, pero supongo que eso hace que encajemos mejor.
Elia es... bueno, Elia. Tiene el pelo negro, corto, y los ojos del color del océano, en cambio, yo tengo una melena rubia larguísima y los ojos verdes.
Somos como la noche y el día, el sol y la luna.
- ¿Eres mi madre o mi mejor amiga?
- En serio, Nora, no es buena idea.
- Elia, está todo planeado - ella me miró sin acabar de creerse mis palabras - te lo prometo.
- ¿Y qué le dirás a tu madre si se puede saber?
Eso todavía no lo había pensado, pero ya se me ocurriría algo.
- La verdad aún no lo sé. - fue lo único que pude responder.
- ¿Ya sabes donde te alojas?
Eso tampoco lo había pensado. Mierda. Mi plan tenía todas las de fracasar, pero no lo iba a admitir.
- He alquilado un piso. - mentí.
- No es verdad. - puede que no mintiera tan bien como pensaba. O Elia me conocía demasiado bien.
- Sí que es verdad. ¿Y tú qué harás estás vacaciones? ¿Te quedas por aquí?
- Estás jodida guapa.
- Qué optimista.
Elia puso los ojos en blanco y siguió andando por "Gran de Gràcia".
- Está todo controlado, de verdad, no tienes por qué preocuparte. - le dije, porque sabía que lo haría.
Era otra de las cosas que la hacía muy diferente a mí, yo era muy lanzada y no meditaba mucho lo que hacía, simplemente lo hacía sin importarme las consecuencias. Elia, al contrario que yo, pensaba mucho antes de hacer algo que sabía que le perjudicaría en un futuro, y siempre iba un paso por delante de todos.
- ¿Cuántas veces me has dicho eso y la cosa ha acabado mal?
Es verdad que mis planes no solían acabar de la mejor forma...
- Esta vez será diferente, lo presiento.
Elia estaba a punto de contradecirme, pero hablé antes que ella.
- Confía en mí, por favor. - le dije, porque sabía que si ni mi mejor amiga confiaba en mí, lo más probable es que yo tampoco lo hiciese.
Elia me miró a los ojos y pude ver que confiaba en mí.
- Pero como las cosas vayan mal, acabes de patitas en la calle, un psicópata homicida te rapte y termines asesinada un día de tormenta, yo no quiero saber nada.
Sabía que iba en coña y las dos acabamos riendo. Pero por si acaso más me valía no acabar como ella decía. Me reí, ella me miró intentando parecer que iba en serio, pero la risa la ganó y las dos nos reímos a carcajadas.
— Eres una exagerada y una cuentista.
— Yo no voy a dar ningún discurso en tu funeral, ¿eh?
— Oh, madre mía, que pena tan grande. — me miro conteniendo la risa.
— Lo digo porque te quiero Nora, y no quiero que te pase nada.
— Tú lo que quieres es poder verme durante todo el verano. — dije asintiendo con la cabeza.
Ella sonrió.
— Me has pillado. — dijo levantando las manos hacia arriba.
Llegamos a un parque y nos sentamos en un banco.
— Solo serán unos meses, además no tendrás tiempo de echarme de menos.
Ella puso cara de confusa.
— ¿Qué tal con el señorito Gael?
Ella rodó los ojos.
— Más mal que bien.
— Me cae muy mal ese tío.
— A ti te cae mal cualquier chico que me guste.
Me hice la ofendida.
— ¡Eso no es verdad!
Gael era el nuevo ligue de mi amiga, habían tenido un par de citas, pero no creo que lleguen a mucho más.
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El Camino Hasta Ti
RomanceA veces el mundo no es lo que parece, eso también pasa con las personas, con los lugares, con los recuerdos... ¿es posible navegar por el destino sin ahogarte? Nora porfin a reunido el dinero suficiente para poder realizar el viaje de su vida. Se pu...