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   Otro día más para abrir la tienda de galletas,  hoy encontraron a múltiples reporteros fuera del local. Las cinco chicas se miraron confundidas.

  —¿Qué hacen ellos aquí?— Preguntó Minji, la fundadora del local.

   Minji era como la jefa de las demás cuatro chicas; ella mandaba a hacer algo, eso se hacía, ¡y sin equivocaciones!, sino, algo malo sucedía. Nadie sabía que pasaba si te equivocabas al hacer ese algo, pues nunca ninguna lo había hecho, solo Hanni, pero nunca quiso decir algo, las demás solo sabían que era algo muy malo, muy pero muy malo.

   —No lo sabemos, Minji, solo aparecieron hoy por la mañana...— Hyein comienza a espantarse.

   —¿Quién abrió el local hoy por la mañana?— Hubo un rotundo silencio —¡¿Quién lo abrió?!— Repite Minji subiendo el tono de voz.

   Haerin y Hyein dan un paso adelante.
   —¿Ellos se encontraban hoy por la mañana allí?— Pregunta Minji, bajando su tono de voz —Minji, tienen 15 y 17 años, por favor...— Hanni temía de lo que sucedería —Lo sé, no soy una inconsciente, Hanni. Chicas, ¿ellos se encontraban allí desde la mañana?— Sigue Minji. Ambas chicas asienten.
   —¿Les preguntaron algo?— Minji da una ojeada donde se encontraban los reporteros. Hyein y Haerin niegan lo dicho. —Ok, si nada les han preguntado, sigan trabajando, estaré en mi oficina por si necesitan decir algo— Dice Minji indirectamente.

   Las cuatro chicas siguen trabajando y los reporteros entran al local. Minji los ve por la ventanilla de su oficina. Hyein mira de reojo a Minji, la cual no sacaba su mirada de ella.

   —Buenas, ¿me da unas galletas?— Dice el reportero mientras indica a su ayudante que grabe las caras de Hyein y Haerin.

  —¿C-Con chispas de chocolate?— Tartamudea Hyein. El reportero asiente y Hyein traga saliva.

   —¿Hay alguien que no te permita hablar con naturalidad? ¿Está todo bien?— Susurra el reportero.

   Hyein comienza a temblar ligeramente, y Haerin se entromete. —Señor, deje de grabar, a mi amiga le incomodan las cámaras— Haerin agarra la mano de Hyein fuertemente.

   —¿Acaso hay algo que oculten? ¿Un asesinato a un empresario, quizá?— Intenta intimidar el reportero.
   —Señor, por favor, mi amiga se siente incómoda, y no, no matamos a nadie. Tenga uso de razón o retírese del local, está grabando a menores de-

   Minji sale por la puerta de su oficina. —¿Acaso son menores de edad? ¿Están ilegalmente trajan— Los reporteros se callan al ver a Minji colocarse al lado de Haerin y Hyein.

   —Deje de intimidar a mis empleadas, baje la maldita cámara, y no, no matamos a nadie, no somos enfermas mentales— El reportero se mantenía firme y Minji toma la mano de Hyein, la cual baja la cabeza —¿Usted es la jefa? ¡No tiene un poquito de compasión por estas pobres niñas que las tiene aquí trabajando con 15 y 17 años!  Es una sinvergüenza— Haerin levanta la cabeza bruscamente —¿A usted le parece esa forma de hablarnos? Si va a intimidarnos, váyase, y no, no hemos matado a nadie, ¡a la única persona que acabaré asesinando es a usted si sigue intentando acusarnos de asesinas! ¿No le da vergüenza? ¡Está intimidando a adolescentes y a una persona de 29 años! Lo peor es que tenemos un trabajo honrado y no como usted que se dedica a husmear en la vida de las perso—

   —Kang Haerin, cierra la puta boca porque juro que te haré pedazos— Exclama Minji, Hyein tapa la boca de Haerin. La cámara comienza a apuntar a la cara de Minji —¿Ve? Deje de insultar a las menores y deje de tenerlas ilegalmente trabajando, ¿segura que no las hará galletas a ellas también?— Hanni y Danielle aparecen.

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