- Donde Jihyo está harta de la inmadurez de sus compañeros preparatorios y decide buscar a alguien un tanto... mayor.
. . . . 「 ◎ 」. . . .
"Think I need someone older, just a little bit colder..."
• Basada en la canción "Older" de Isabel Larosa.
• S...
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Jihyo se despidió de su amiga y salió de la escuela, dirigiéndose a la tienda de conveniencia más cercana.
Abrió uno de los refrigeradores y tomó una botella de Soju. Era menor de edad, no debían de venderle, pero había algunas personas a las que les daba igual.
—¿Va a ser todo?—Preguntó la cajera.
—Sí.—Jihyo dejó la botella en el mostrador y se acomodó la mochila, al mismo tiempo que bajaba la falda de su uniforme, la cual era excesivamente corta.
Vió a una mujer entrar, era más alta que ella, cabello rubio y corto... era verdaderamente atractiva.
La mujer miró a Jihyo de arriba para abajo, e hizo una mueca.
—¿Qué hace una niña comprando alcohol?—Preguntó.
—No soy una niña.
—Tienes un uniforme de la preparatoria de aquí al lado. ¿Qué edad tienes?
—Dieciséis.
—Aún sigues siendo menor de edad.—La rubia la apartó de la caja y se acercó a la cajera.—¿Sabe que es ilegal venderle alcohol y cigarrillos a menores de edad?
—¿Y usted cree que me importa?, mejor váyase y no se meta en lo que no le incumbe.
—¿Perdón?, le llamaré a la policía.
—Usted no va a hacer nada.—La mujer salió y tomó a la rubia del brazo, evitando que se moviera.
—¡Oiga!, ¿¡qué le pasa!?
Empezaron a discutir.
Jihyo se quedó quieta viendo aquella escena, estaba a punto de tomar la botella e irse cuando la rubia se soltó del agarre de la cajera y tomó de la mano a la pelirroja.
—Nos vamos.
—¿Qué?, ¡suéltame!
La mujer siguió jalando a la chica, impidiéndole volver a la tienda.
—¡Ayuda!, ¡me están secuestrando!—Gritó.
—¡Cállate, idiota!—Le cubrió la boca.—Te estoy salvando de cometer una idiotez.—La soltó.
—¿Quién te crees?, ¿mi mamá?
—¿Y tú quién te crees?, ¿una adulta?
Jihyo se quedó callada.
—Los jóvenes cada vez nacen más idiotas, dios.
—¿Disculpa?
—Lo que escuchaste. ¿Dónde mierda vives?, te dejaré en casa.
—A ver.—Suspiró.— Número uno, ni aunque fuera idiota te diría donde vivo; número dos, no me llevarás a ningún lado, puedo ir sola.
—No te dejaré irte sola.
—¿Por qué?, ¿quieres evitar que me ponga ebria?
—No, quiero evitar que termines siendo una más.—Bajó la mirada.—Voy contigo porque el hombre que va detrás de nosotras no deja de mirarte las piernas, y no quiero que te haga algo.
Jihyo giró un poco la cabeza, en efecto, había un señor caminando justo detrás suyo.
—Aunque si quieres puedo dejarte con él.—Dijo la rubia, soltando la mano de la chica.
—N-No... no, estoy bien.—Volvió a tomar a la rubia. Sí, lo aceptaba, le daba un poco de miedo quedarse sola.
—Eso pensé. Tendremos que ir a otro lado, no es muy seguro que vea donde vives.
Sostuvo su mano aún más fuerte.
Jihyo nunca se había sentido tan protegida, ni siquiera por su madre... oh, es cierto... no tenía.
O al menos eso es lo que la señora decía; "no tengo hijas, ella es mi sobrina". Jihyo estaba harta de que su madre la negara una y otra vez.
Y su padre... bueno, de él no sabía mucho.
Sus padres estaban divorciados. Su madre odiaba que ella visitara a su padre, así que rara vez lo veía, además de que él no tenía intenciones de ir a visitar a su hija.
En resumen, ambos de sus padres eran unos completos idiotas.
...
Estuvieron dando algunas vueltas hasta que volvieron a estar solas.
—Ahora, ¿dónde vives?—Preguntó una vez más la mujer.
—E-Es la segunda casa de la otra calle.
—Bien.
Hubo un silencio corto. Jihyo aclaró la garganta y habló.
—Y... ¿cómo te llamas?
—¿Para qué quieres saberlo?
—¿También es ilegal preguntar un nombre?
La rubia rodó los ojos.
—Yoo Jeongyeon.—Dijo finalmente.—¿Y tú?
—Yo me llamo Park Jihyo, mucho gusto.
—¿Por qué tan amigable, Park?, hace dos minutos me estabas diciendo hasta de qué me iba a morir.
—Sí, emm... perdón por eso... ¿qué edad tienes?, digo, si te enojaste porque iba a comprar alcohol, entonces...
—Tengo veintiuno.—Dijo.—Que yo lo compre SÍ es legal.
—¿Veintiuno?
—¿Por qué repites lo que acabo de decir?, sí, veintiuno.
—¿Tienes familia?
—No, vivo sola. ¿Y tú?, ¿tienes padres?
Jihyo notó que la mayor hacía la pregunta con un tipo de "sarcasmo". La pelirroja rodó los ojos y no dijo nada.
—Supongo que eres niña de papi. Vas a una preparatoria cara, tienes teléfono del año... solo eres una mimada.
—No sabes nada de mí, no me conoces. Así que deja de suponer como es mi vida, ¿de acuerdo?
—Uy, amanecimos groseras, eh.—Jeongyeon miró al frente.—¿Es aquí?
—Sí.
—Bien.—La soltó.—No me iré hasta que entres.
Jihyo la miró de reojo y después sacó sus llaves. Abrió la puerta.
—Bien.—Jeongyeon se dió la vuelta.—Ojalá y no tenga que volver a verte nunca más.
—Opino lo mismo.—Contestó la menor, entrando a la casa y cerrando la puerta.
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