Todo fue cosa del diablo

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Los días con la abuela fueron de locos, no había pistolas, el desayuno era puntual, la ropa esta limpia y lo peor de todo es que las cosas estaban en su lugar ordenadamente.

Debo aceptar que casi me da un paro cuando abrí el refrigerador y no había pizza ni helado. Había algo verde llamado espinacas.

Mi hermano estaba bien peinado con el uniforme presentable, llevaba su desayuno en una bolsa y lo mismo hacia conmigo, no nos daba dinero como lo hacia mamá, ella nos daba dinero y ya dependía de nosotros en que no los gastáramos, aunque estaba prohibido gastarlo en drogas y alcohol.

Cuando Bruno y yo salíamos de la casa nos despeinábamos y revisábamos nuestros desayunos, una vez se lo regale a un vago, creo que el lo necesitaba más que yo.

Las cosas que la abuela hacia en la casa eran cosas del diablo, todo era tan ordenado y tan limpio que mi cabeza explotaría en cualquier momento.

Trate de poner un letrero en mi cuarto que prohibiera la entrada pero no funciono, le valía madres y se metía.

Tuvimos discusiones más de una vez en las cuales yo terminaba llorando de rabia, pero siendo sincera prefería a esa abuela, yo no quería que cambiara, fue nuestra culpa, debimos haber cuidado nuestra boca.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2015 ⏰

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