The cruel word|Quackbur

Prólogo

"Desde tiempos antiguos la humanidad a deseado muchas cosas en la vida pero, cuando hay algo que lo supera lo ataca para ser la única raza dominante en la tierra.

Por eso, se creó un grupo de personas que se encargarían de cazar a aquellos monstruos que encontrarán. Los dioses no están de acuerdo a esa caza así que intentaron dialogar con ellos más sus palabras vacías no daban esperanzas.

Pero una diosa conoció a un gran hombre, mostrándole que no toda la humanidad estaba perdida. En deuda con él le dio la oportunidad de que cuando la necesite la llamara y ella estaría ahí para él.

Pasó el tiempo y el humano logró vivir su vida pacíficamente junto a su pueblo pero, un día lo atacaron y en un intento de ayudara a su pueblo ser libre le pidió un poder capaz de derrocarlos.

La diosa le dijo que le daría el poder pero tendría que pagar un precio por ello. El humano acepto acabando con la gente intrusa de su pueblo y dando libertad a sus habitantes.

Los cambiaformas.

La nobleza y el sentido de justicia del aquel humano la compadeció. Así que le dio el manto de ser su ángel guardián, con ese poder prometió proteger al indefenso y salvar a aquellas especies que les dicen monstruo.

Durante su labor como guardián y justiciero logró encontrar el amor en aquella diosa. Dando paso a sus dos hijos y también encontró una gran amistad con el dios de la sangre, los dos juraron defender siempre a aquellos que no podían.

Y es así como nació el Ángel de la Muerte."

-Eso es mentira!.-dijo uno de los niños que estaba en aquel círculo.

-Cállate, tu que sabes?.-defendió un niño de cabellos azabache.

-Se más que tu niño deforme.-señaló al chico.

-Robert! Ten más respeto a Alexis.-se quejo la mujer que leyó el cuento.

-Pero es la verdad hermana Charlotte.-el chico que había sido juzgado solo se levantó para irse corriendo de ahí.

-Robert!.-es lo último que escuchó el chico.

Los humanos siempre han sido crueles con lo que los dioses les han dado, la humanidad esta perdida.

Cazan sin saber el daño que hacen, sin reponer lo que toman, sin....

Salí de mis pensamientos cuando escuché unas pisadas que venían hacia mi, estuve en alerta hasta que escuché sollozos.

Quería acercarme a ver qué pasaba pero olvidé que estaba atrapado en una trampa para osos. Aunque luego escuché pisadas que venían hacia mi con pequeños hipidos, pude ver a un chico de pelo azabache con ojos de distinto color mirándome.

Vi como se sentaba a lado de la trampa para luego mirarme atentamente, como si analizara mi situación.

-Veo que estás atrapado.-dijo mirándome.-Te sacaré de ahí, espérame.-empezó a empujar la jaula para abrirla con mucho esfuerzo pero al final pudo abrirla y sacarme de ahí.

Me levanto en sus brazos y rasgo un poco su ropa para vendar mi zona lastimada. De repente empieza a llover así que se levantó conmigo y se refugio en uno de los árboles que había por ahí.

-Te cuidare hasta que te recuperes, no te preocupes.-dijo y empezó a acariciar mi cabeza.

Ese fue el día donde conocí a Alexis Quackity.