Prólogo

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«Aviones vuelan fly, en dubai toy' bien rich».

En cuanto la melodía vibro en los timpanos de la Luna, llamo a su amigo el Sol para notificarle el hecho.

---!Oh!, !Pero que distinguido!, !Que magnifico por dios, Sol! ­­­—exclamaba con felicidad la Luna­­­—. Tienes que oír esto, tienes... Oh, que magnifico. Verdaderamente magnifico.

­­­—¿Que tienes? ­­­—preguntó el Sol, pero la melodía no tardo en vibrar en sus timpanos tambien, y lo entendio en seguida­­­—. Oh... Esto.

­­­—¿Que te parece, eh? ­­­—dijo girando alrededor de su mismo eje. El sol estaba por responder, pero le interrumpió­­­—. No respondas, se que es magnifico.

­­­—Lo es... ­­­—dijo el Sol, en un tono aspero­­­—. ¿De quien tengo el honor de oír tal pieza musical?, ¿Mozart?

­­­—Falleció hace tiempo.

­­­—¿Beethoven? ­­­­­­—inquirió el Sol.

­­­—Tambien fallecio. Creí habertelo dicho.

­­­—¿Entonces?

­­­—Leonardo. Ese es su nombre humano.

­­­—Magnifico, de verdad.

­­­—¿Que tal si vamos a visitarlo? ­­­—dijo la Luna, y el Sol esbozo una sonrisa picara­­­.

­­­Entonces el Sol y la Luna fueron hacia la tierra.

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