Un juego a la vista.

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Esa semana paso volando entre salir hacer ejercicios, trabajar y chatear, oye a cualquiera se le va el tiempo ja, ja.

Estaba trabajando un martes cuando apareció Leo de repente, llego tranquilamente con dos cafés negros como a mi me gusta, con razón era el mas codiciado de su preparatoria que chico tan detallista y yo podía presumir que era mi primo. 

     -Hey, Ross ámame- exclamo con un gesto dramático entregándome mi café y cabe mencionar que tengo una leve adoración al café, si exactamente un café y un libro en un día lluvioso y voila olvídense de mi que ya soy un caso perdido.

     -Cuéntame Leo ¿como esta todo?- pregunte mientras daba un sorbito a mi café, aahh que delicia, definitivamente la bebida de los dioses.

    -Todo bien, todo bello escapándome a fumarme uno de estos- traía consigo un cigarro de sabor- es un sabor nuevo cereza- me dijo muy sonriente.

    -¿Es en serio? Que horror yo solo espero que tu entrenador de béisbol no se entere porque sino te fusila en lo que te descubra- le mencione sin prestarle mucha atención total, yo seguía concentrada en mi café.

    -Bueno si con respecto a eso- me dijo rascándose la nuca con nerviosismo.

    -¿Que? ¿Qué paso? Si me dices que dejaste el equipo Leo si tu mama no te lo hizo, el jalón de orejas que te voy a dar yo va ser apoteósico – dije con un poquito de drama, bueno se lo dije dramáticamente, es que el es un buen jugador y este año han estado unos cazadores de talentos echándole ojitos para ver si lo integran en la nacional.

    -No, no, no lo deje, tranquila es solo que te quería decir si tu y Marie pueden venir al partido del próximo sábado es en la tarde- dijo este apresuradamente.

    -Aja Romeo y ¿porque tan nervioso?- en mi mente sospechando que algo se tramaba este pilluelo- ni que fuera la primera vez que te vemos jugar.

    -Ja, ja, ja- rió nerviosamente- no nada ¿por que?

    -Risa nerviosa, no me digas que por fin vamos a conocer a tu novia- casi grite de jubilo.- ay que lindo, el niño se enamoro- le dije bromeando para reírme un ratito.

    -Ujum bueno no va a ir una, van dos- dijo entre diente, y sonrió.

    -QUEE, ¡como que dos! tu definitivamente no te sabes limitar y como fue que dos de tus novias van a un partido tuyo y quien te viera todo tranquilito-mencione sin saber que pensar, dos pensé, hay dios mio lo van a matar.

    -Bueno, es que quiero, que Marie y tu me ayuden un poquito- me dijo poniéndome ojitos.

    -No, no, no tu estas definitivamente loco solo quieres que veamos cómo te matan esas dos chicas.

    -Rossie por favor, ni siquiera sabes cuál es el favor, solo quiero que las entretengan Marie a una y tú a la otra es fácil- me dijo tratándome con un cariño fingido.

    -si como si fuera tan fácil, dime una cosa porque tendría que ayudarte si está mal que las engañes- le respondí de manera inquisitiva.

    -Pues Ross es complicado para mí, una se llama victoria es puro fuego esa chica es de otro mundo y me gustaba estar con ella y pasarla bien, pero-

    -O santo Dios no me gustan tus "peros"- le interrumpí.

    -Ross dejarme terminar- me dijiste irritado- hace poco me presentaron a Grecia que es muy parecida Vikki y conocí a su hermana melliza Genevie y ella es lo contrario a Vicky me escucha me aconseja es todo muy diferente con ella, es especial, yo creo que me estoy enamorando de ella.

    -Aja y la pregunta de millón, es por qué, no cortas con una y te quedas con la que te gusta y así no le hieres los sentimientos de nadie y evitas un problema- argumente.

    -Es que vikki me dijo para llevar nuestra relación al siguiente nivel, unos días antes de conocer a Genevie y estoy confundido- me dijo cabizbajo- yo se que dirás que los hombres no somos tan complicados, pero también dudamos.

    -Oh –fue lo único que salió de mi boca.

   -Yo desde que conocí a Genevie sentí algo que nunca había sentido y entonces sucedió, quise hablar con vikki pero no quiero herir y una cosa llevo a la otra y ahora estoy con las dos- me explico apresuradamente.

   -Mierda, entonces si que estas en problemas- bueno pensé que se puede perder.

    -Oye y ¿como es que ambas saben de tu juego el mismo día?- le pregunte

    -Pues hace días que invite a Genevie y Vikki no sabia, pero ayer cuando vikki me fe a buscar mi madre se lo menciono- me dijo.

    -Ja. Ja. Ja. Esto no podía ser mejor- me burle un poquito- parece embrollo de telenovela- seguí riéndome entre dientes mientras el me daba un mirada furibunda.

    -Déjame decirle a Marie si yo le digo nos ayudara, pero te va salir caro eh- le dije

    -Pues claro tranquila yo les compro todo lo quieran en el juego- me dijo sonriendo.

    -Vale, ahora si nos entendemos, me tengo que ir Leo ya me están llamando y si llego tarde Marcus se pone de un humor que ni te cuento- le conteste.-

    -Esta bien nos vemos- se despidió dando me un corto abrazo y se fue.

Cuando llegue a la oficina Marcus estaba emocionado pues la semana siguiente iban a comenzar sus negociaciones con la nueva cooperativa.

Después de terminar mi jornada llame a Marie y no reunimos en un caffe al llegar allí me senté y a lo unas mesas vi un chico de mi edad sus piel bronceda le daba un aspecto sexi un lunar cerca del ojo lo hacia ver misterioso.

    -Rossie- escuche a lo lejos solté na mala palabra, no se porque me tienen que decir asi.

    -Marie que tal tu día le dije- saludándola.

    -Bien aunque creo que el tuyo mejor- me dijo riendo con picardía.

    -¿A qué te refieres?- pregunte imaginándome de que iba todo.

    -Pues no voltees pero a unas mesas esta un bombon como para comérselo que no deja de verte- me dijo todavía con picardía.

    -En serio, eh bueno sabes que tenemos que ayudar a Leo- le dije desviando el tema.

Después de comentarle, como teníamos que "ayudar" a Leo y convencerla a decir que si mientras pedíamos nuestros cafés con unos bocadillos seguimos charlando un rato más, decidimos irnos.

Llame a la chica que nos atendió- hola otra vez, -le dije- quisiéramos pagar la cuenta.

Y la chica me dio una mirada que no supe descifrar, mientras se retorcía las manos nerviosamente respondió

    - eh bueno el muchacho de allá el que esta para comérselo ya pago y me dio esto- me entrego en un papel un número de teléfono y yo lo acepte, me cayó mal el ver que se reía con engreimiento.

Por lo visto este es el tipo de chico que cree que todas cae rendidas a sus pies, pobrecito, mis favoritos para ignorar.

    -Bueno dígale que, gracias, por favor.- recogí mis cosas y me fui con Marie.

Al llegar casa no pude dejar de pensar en el chico del café fue un gesto a fin de cuentas, revise el papel en el cual estaba el numero y al lado un nombre, Zachary .

cuando me iba a dormir no dejaba de pensar en el, por que simplemente no lo olvidaba y listo, claro niña me recordó mi mente porque estaba buenísimo.


Te veoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora