PARTE ÚNICA: El lujo es vulgaridad

321 29 10
                                    

Julián había empezado en este mundo desde muy jovencito.

Sus padres fallecieron en un inesperado accidente de tránsito en 2017 cuando tenía 17 años y su abuela materna -su único familiar vivo- decidió que era hora que empezaran de cero, partiendo una fría noche de invierno en la chata destartalada de un vecino hacia la terminal de colectivos de Córdoba capital con dos bolsos, una mochila y la esperanza de algo mejor.

Julián tenía muchos miedos en cuanto llegó a Buenos Aires. Un adolescente con serios problemas de timidez y un leve grado de autismo nunca tratado, quién jamás había puesto un pie fuera de su pueblito de 300 habitantes en el medio de la nada junto a una señora de 70 años, solos en 'La Ciudad de la Furia'. Era una de esas situaciones que son bisagra en la vida de cualquiera, más de un adolescente.

Fueron a parar a una casa de una "amiga" de décadas de su abuela (de quien él jamás escuchó nombrar hasta ese momento), quien vivía sola en el medio de Capital Federal y apreciaba que otras personas le llenaran de un poco de ruido la casa. Julián no había podido terminar su año escolar en Calchín, así que durante las vacaciones de invierno la señora hizo un par de llamadas y logró conseguirle cupo en una secundaria para que no perdiera tiempo, sin pregunta mediante.

La escuela a donde iba era de turno tarde, y le gustaba porque no tenía muchos alumnos ya que no era muy popular porque era mayormente usada para que los jóvenes deportistas de diferentes disciplinas viviendo en las pensiones de clubes de fútbol no perdieran el ritmo con su educación. Julián, inexperto pero no boludo, comenzó a hacerse amigo de varios de ellos que escuchaba que jugaban al fútbol. Y, si bien su intención era hacerse amigo para, no se, conseguir algún día entradas para ver a River en El Monumental, parece que su lenguaje corporal y personalidad algo callada pero corporal cuando entraba en confianza, dieron a entender otra cosa para algunos de ellos quienes. Así, un día de lluvia en donde pocos alumnos fueron a clases y los profesores les dieron hora libre, se le acercaron a su banco en el fondo del aula, sentándose en círculo a su alrededor y encerrandolo entre el pupitre y la pared para preguntarle sin tapujos:

"Bueno, Juli, ¿cuánto cobrás la chupada de pija?"

Julián no sabe que sucedió en su cabeza pero, en vez de indignarse, putearlos o siquiera ignorarlos, los miró a los cuatro chicos uno por uno a los ojos y mentalmente pensó que, con sus padres muertos y estando en una nueva provincia donde nadie lo conocía, podía construirse una nueva vida.

Terminó sacando $800 de esa tarde gris en que se pasó un buen rato arrodillado en el piso sucio y mojado de un cubículo de baño masculino, y si bien jamás en su puta vida había hecho una felación, los vídeos porno que alguna vez vió lo salvaron por ser su primera vez (aunque claramente no son ESI), y lograron hacer pasar desapercibida su total inexperiencia.

Y quizás alguien un poco normal pensaría que ya está, que sacó algo de guita de eso y de paso pudo experimentar como unos chabones lindos y trabados le acababan en toda la cara por la cantidad de stamina que tenían encima. Pero a Julián le gustó la sensación de sentirse codiciado al punto de que le pagaran por hacerle sexo oral, algo que jamás en su vida se imaginó.

Decidiendo asi que, desde ese día, su vida tenía que dar un giro de 180°.

La misma noche en que llegó a su casa luego de esa jornada de "clases", se sentó en su computadora en la habitación que le dieron y se puso a buscar en google todo tipo de información sobre trabajadores sexuales, metiéndose hasta en foros que estaban mayormente en inglés y donde tenía que copiar y pegar en el traductor de google para entender que decían.

Así comprendió que Instagram es el lugar número uno para ir, así como OnlyFans -que en ese momento era muy poco conocida-, y dicho y hecho comenzó su nueva etapa como 'Juli'.

3's & 7's {JULIÁN ÁLVAREZ CENTRIC}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora