Versátil/Neybappe

final

—Neymar.—Los golpes en la puerta eran insistentes.— maldición, Ney, abre la maldita puerta.—El Omega pudo reconocer la voz de Bruna.

—¡No molestes!—Exclamo la voz gruesa y adormilada de Mbappe.

—¡Eh! ¿Quién está ahí?

Neymar parpadeó despertándose con los gritos molestos de Bruna, fuera de su habitación, sintió su cuerpo dolorido e incómodo pero no le importó, acarició la mejilla del Alfa dejando un beso sobre su boca, el peli rosa lo miró y sonrió.

—Me toca.— murmuró el Omega antes de abrazar al alfa por la cintura y empezar a dejar besos húmedos por su cuello.— estar en una relación conmigo significa sexo en cualquier momento.

—Si, lo e notado antes de tu celo.

El mayor río por lo bajó y acaricio el muslo del Alfa cuando este subió la pierna sobre la cintura del Omega, Mbappe se abrazo al cuello del chico mientras este se acomodaba sobre él, entre sus piernas exactamente, ignorando los gritos y exclamaciones molestas del exterior, el castaño besó al peli rosa con fervor mientras acariciaba su cuerpo, el Omega estaba necesitado y caliente, pero debía controlarse.

Mbappe se derritió en las manos del mayor dejando que esté lo tome y moldee a su manera, solo se dejaba guiar por el Omega, sobre él. Le encantaba la sensación que producía estar desnudo contra la piel ajena, le gustaba aún más su aroma sobre el cuerpo contrario además de la necesidad con que era besado y tocado, haciéndolo sentir deseado y caliente.

El mayor se separó del Alfa para rebuscar lubricante en el cajón sobre su mesita mientras este se dedicaba a besar su hombro y cuello, por la diosa luna, Mbappe podría jurar que amaba admirar la marca que él creó sobre el cuello del otro chico, era demasiado hermosa.

Una vez que Neymar dio con el lubricante, cubrió dos dedos con él y los dirigió a la entrada de su menor. El alfa se removió incómodo debido a la temperatura del lubricante, el Omega sonrió dejando besos húmedos sobre el pecho del menor, dedicándole tiempo a los pezones erectos de este.

Mbappe no iba a mentir, había extrañado demasiado a Ney en todos los aspectos posibles, este era su omega, desde el principio. Todo el tema de los últimos días había sido mierda, pero ahora, ahora volvía a ser él. Se sentía más honesto, más relajado, sentir sus húmedos labios y manos sobre su cuerpo era demasiado adictivo, el mayor lo estaba haciendo sentir querido. Lo estaba tocando con delicadeza, como si tuviera miedo  de que el alfa se quebrara en sus manos.

Uno comete el error cuando es consciente de él, hay que aprender de ello, Ney no iba a  ser brusco ni rudo a menos que kyky se lo pidiera, ya no sentía ira o inseguridad. Sentía necesidad, deseo y sed del éxtasis de ambos.

Una vez que el alfa estuvo lo suficientemente dilatado, el mayor alineó su miembro a su entrada, su rostro estaba a la altura del ajeno cuando empezó a penetrarlo con lentitud, se mordió el labio inferior disfrutando de la mueca del peli rosa una vez que estuvo completamente dentro de él.

El Omega llenó el rostro ajeno de besitos, el menor empezó a reír ante el dulce gesto del castaño.

—¿Podrías moverte, por favor?—Pregunto entre risas.

Neymar asintió comenzando con penetraciones lentas y profundas, disfrutando la torturosa sensación, las manos del Alfa sobre sus hombros y espalda, viajando por la parte superior de su cuerpo, acariciándolo mientras él acariciaba sus costados y muslos.

—Mas rápido, duraznito.—Pidio Mbappe, el mayor obedeció aumentando un poco el ritmo de las estocadas.—Joder, sí.

La habitación encerraba el ruido de las respiraciones alteradas, jadeos del amor y gemidos del menor o bueno, eso creían. Habían dejado pasar los quejidos al otro lado de la puerta, tampoco era algo relevante.