Puppy Love || Fushiguro Megumi

🎀𝓟𝓾𝓹𝓹𝔂 𝓛𝓸𝓿𝓮🎀

Llevaba un tiempo trabajando junto al chico pelinegro, se habían conocido hacía un par de años gracias a aquél anuncio que él mismo había pegado por algunos lugares, en el papel solicitaba a alguien que disfrutara de la compañía de animales, paciente y dispuesto (o dispuesta) a enseñarle a cachorros y perros ya adultos.

Eso encajaba a la perfección con Jun Kimura, así que no dudó en aplicar para aquél trabajo que parecía de ensueño.

Si bien, en un comienzo, fue difícil ganarse la confianza y simpatía de Megumi, logró hacerlo con perseverancia y siguiendo cada indicación que él le daba, no importaba lo que fuese. De ese modo se volvió alguien cercana a él, tanto así que si él no podía cuidar a sus perros Shiro y Kuro los dejaba en cada de la muchacha o le permitía a ella ir a verlos.

— Muy bien —Felicitó al cachorro de 4 y medio meses que logró aprender a dar la pata y echarse, a modo de premio le dió una galleta especial.

Jun lo miró de reojo y tragó saliva, luego pasó a mirar a Kuro, quien movía la cola sin quitarle los ojos de encima y con la pelota en su boca. Sonrió cálidamente y le recibió el objeto para después lanzarlo lo más lejos posible, Shiro lo siguió eufórico. Otra vez cruzó miradas con Megumi, pero él traía una expresión ambigua, eso la hacía sentir inquieta.

— ¿Qué ocurre? —Interrogó él mientras acomodaba algunos de los objetos que usaban para las sesiones de entrenamiento.

El cálido sol, la fresca brisa de primavera y aquél hermoso parque daban un ambiente muy agradable tanto para los animales como para ellos, por suerte no había mucha gente allí, solían ir seguido a ese lugar precisamente porque era el más calmado para tener fácilmente la atención de los perros, en especial de los cachorros primerizos.

— ¿De qué hablas, Megumi-chan? —Preguntó de vuelta y tomó asiento en el césped, viendo a los perros del muchacho correr intentando quitarse la pelota de tenis.

— Has estado lanzándome una mirada muy poco discreta cada vez que premio a Otis —Indicó refiriéndose al cachorro de hacía unos instantes atrás, ahora él la miraba fijamente desde arriba— ¿También quieres un premio?

— Oh, ¿Harías eso por mí? —Rió girándose para quedar mirándolo de rodillas, alzó las manos como si fuesen patas— Puedo hacer algún truco.

Megumi sonrió y le dió una palmada en el cabello, tras esto se encaminó donde el cachorro y comenzó a enseñarle nuevos trucos. Jun no pudo evitar resoplar con frustración, le encantaba recibir la atención de aquél chico con ojos de un tono azul muy oscuro. Le avergonzaba sentir un poco de envidia de aquellos tiernos perritos cuando tenían sesiones largas de adiestramiento.

Vió al joven de 19 años y se acercó por un costado, sin perder tiempo dió una voltereta y luego observó a su contrario con ansias, él rió por la necesidad de atención que estaba teniendo su compañera.

— No puedes esperar, ¿Verdad? —Alzó una ceja y la notó asintiendo. Con un suspiro bajó hacia el cachorro y cedió— Bien... Es tu día de suerte, pequeño, verás antes a tu familia —Dicho y hecho se marcharon del parque para ir a dejar a Otis a su hogar, no podía creer lo fácil que le era ser persuadido por Jun, aún cuando ella solía ser quien obedecía.

Quizás se debía a que no podía decir que no a esos ojos que lo miraban con dulzura mientras ella creía que él no se daba cuenta, o ese rostro que era lo suficientemente sincero como para poder ocultar cuando se molestaba al ver que una chica le coqueteaba cuando pasaba a buscar a uno de los perros para la sesión. Incluso podía deberse a que poco a poco había encontrado la forma de ganarse su corazón sin haberle dado tiempo para evitar sentirse tan encantado con ella.