Los tragos de Tequila

206 10 2
                                    

Esto es para ti, porque aunque no sabía si sería buena idea escribirlo sabía que si lo hacía tal vez podrías leerlo y entender muchas cosas que antes yo no pude explicarte con palabras.

Sonará muy cursi tal vez, se que no te molestará leerlo, después de todo se que el romance es tu tema literario favorito porque aunque no solías hablarlo con nadie te podía ver sentada en una banca del casi vacío patio de la escuela a la que fuimos sosteniendo aquel libro de orgullo y prejuicio con emoción, mordiendo tus labios para ahogar un grito y pintando tus mejillas de carmín, siempre teniendo la misma reacción tan encantadora con ese y con muchos libros más. No te mentiré, aquel día que te ofrecí jugar conmigo pudo haber sido por algo de lastima, y también curiosidad, era un niño y me parecía tan extraño ver a una niña de mi edad tan seria o malhumorada, pero creeme que no tarde mucho para darme cuenta de lo equivocado que estaba.

Recuerdo con gracia aquella vez que por accidente tu y yo nos besamos, me golpeaste aún sabiendo que la culpa era de shikadai, hoy le agradezco aquel momento de imprudencia, porque no sabes cuánto extraño ahora el sabor de tus labios.

Tuvimos muchas aventuras juntos, como aquella vez que nos perdimos en una excursión, no sé quién estaba más asustado, si tú por el hecho de que ya estaba acechando la oscuridad de la noche o yo porque sabía que si seguías tomándome tan fuerte del brazo me ibas a arrancar el brazo, ese día empezó a llover, llegamos al campamento muy empapados.

«Bueno, no estuvo mal» solté sin pensarlo, me miraste directo a los ojos, estaba seguro de que volverías a regañarme. Creeme cuando te digo que de verdad me sorprendió escucharte reír en ese preciso momento, como si te hubieran contado el mejor chiste de tu vida, pronto tu sentimiento se hizo mutuo y yo empecé a reír contigo, esa noche nuestra amistad creció mucho más.

La adolescencia te hizo cambiar mucho, ahora vestias de negro, te cortaste el cabello, tenía que admitir que la pubertad te había vuelto mucho más hermosa de lo que ya eras para mí, ya no estabas tan obsesionada por el orden y el silencio, sonreias más y te volviste de cierta forma más expresiva. Empezaste a contarme todo, sobre las cosas que te gustaban, tú afición por leer, te conté que mi sueño era algún día escribir un libro, me preguntaste que cuál sería el tema, yo en ese entonces no lo tenía claro, «tal vez uno de aventuras» te contesté «suena bien, quiero ser la primera en leerlo» comentaste con una sonrisa, esa sonrisa tan hermosa que tenía la capacidad de iluminar las tinieblas de mi alma.

Estaba enamorado de ti, no sabes cuánto deseaba decírtelo, pero fui cobarde, preferí quedarme con el "¿que hubiera pasado si?" a perder la amistad tan maravillosa que habíamos tenido en los últimos años, decidí ocultar mis sentimientos, de hecho quise exterminarlos a toda costa, pero contigo era difícil, así que cometí la mayor estupidez que una persona podría hacer. Al cabo de un mes todos nuestros amigos y conocidos ya sabían que yo estaba saliendo con Sumire, no te miento, ella era una exelente novia, atenta, gentil y comprensiva, también era hermosa y claramente yo por alguna razón le gustaba, pero como te digo, estaba enamorado de ti, y pensé estúpidamente que saliendo con alguien más podría sacarte de mi cabeza, pero no, solo estaba causando más dañó. Tu por alguna razón te portabas más distante conmigo, me sonreias pero no era igual, llegué a pensar que me estabas evitando pero yo nunca hice nada, tal vez si te hubiera insistido sería diferente hoy.

Aquella amistad por la que yo renuncie a algo más poco a poco parecía perderse en el pasado, eso pensé hasta aquel dieciséis de octubre. esa misma sonrisa tuya había desaparecido por completo, habías llamado a mi puerta con el dolor plasmado en tu cristalina mirada, me abrazaste y lloraste en mi pecho, no sabes cuánto me lastimó verte así, me dijiste que no sabías que hacer, que ya no podías ocultarlo más,  te pregunté que había pasado, y tu aún sollozando me dijiste que te habías enamorado del equivocado, no  me dijiste quien o que pasó exactamente, y no te quise insistir, te consolé hasta que la tarde se hizo de noche y tus lágrimas cesaron, aún abrazados pude escuchar un pequeño "lo siento" no supe por que, y tampoco me lo dijiste, ese día te lleve a tu casa, y justo en la puerta de tu casa me volviste a abrazar, me diste un gracias por todo y luego sin decir algo más te perdiste detrás de las paredes.

Una boda no es la única forma [Borusara] OneshotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora