Todo parecía perdido para Fyodor. Dazai había conseguido burlar a la muerte y con ello había conseguido escapar de Meursault mientras él seguía en la sala de control. En su situación quedarse atrás solo podía significar una cosa, la muerte.
Ese era el precio, o más bien el riesgo, de aceptar el juego de su compañero. Fue muy consciente del peligro que corría cuando se inyectó el veneno pues daba por ganada esa partida de ajedrez mental. Sin embargo la partida aún no estaba del todo decidida.
No fue _"Jaque Mate"_, Solo fue un _"Jaque"._
Su error fue subestimar la relación que mantenían el detective y Chuuya.
Estaba seguro que había terminado con ellos del mismo modo que había matado a Sigma. Pero no contó con la traición del mafioso pensando que lo tenía completamente bajo su control.
Aquí tenía un recordatorio de que Dios no permitiría que nadie se alzara sobre él. Quien lo intentara caería y que nadie, ni siquiera Fyodor, tenía derecho a proclamarse superior o igual a una divinidad. Por ello merecía recibir un castigo y no le quedó otra que pagar las consecuencias.
Así fue como se quedó en la sala de control, esperando a su amargo final resignado a su cruel destino.
- Espero que al menos mi muerte sea tan satisfactoria como la esperabas Nikolai. - Su último pensamiento fue hacía Gogol, el hombre que para demostrar su libertad quiso matarlo. - Al fin has logrado demostrar que eres libre. Seguro que estarás feliz de ver a la momia.
Y lo estaba. El payaso pensó que había conseguido su objetivo cuando vio al detective salir de la cárcel junto a su ex-compañero con una sonrisa triunfante en su rostro.
Pero no todo había sido ganado, había una falta notoria. Sigma no había salido.
- Ahí están mis pequeños conejitos...A ver a ver...¡Oh! ¡Son Dazai y ¿Chuuya?! ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!
Sentado en la barandilla de la azotea esperaba a la llegada de los dos fugitivos con el maletín que contenía el antídoto. Tal y como prometió, se lo daría al que consiguiese escapar fuese quien fuese. Aunque, claro está, tenía sus preferencias. Quería a Dazai vivo. No por compasión, si no para ver cumplido su más ansiado deseo.
Por suerte para él vio la melena castaña del detective salir por la puerta y eso solo podía significar una cosa.
Fyodor Dostoyevsky había muerto.
Nikolai Gogol demostró ser un hombre libre.
Había ganado.
- ¡Dost-Kun esta muerto! Debería felicitaros por vuestra victoria pero...¿Dónde está Sigma?
Los recién llegados no tardaron en presentarse. Chuuya pareció haber vuelto a la normalidad gracias al poder de su compañero pero permanecía callado y alerta, no terminaba de confiar en ese hombre. Quien habló como no, fue el más alto.
- Sigma fue un pequeño sacrificio para poder escapar, espero que no te importe~
- ¿Importarme? ¡En absoluto! Solo me habéis arrebatado a mi ayudante y eso merece una compensación ¿No creéis? - En apariencia era una exigencia normal pero el rostro del ucraniano mostró lo contrario. De repente lo que en un principio parecía una sonrisa de felicidad pasó a una sádica, su tono de voz se volvió más grave y sus ojos casi salieron de las orbitas al imaginarse al hombre que tenía delante retorcerse de dolor por los efectos del veneno. - ¿Qué te parece si a cambio me das tu vida? Es una pena que no pueda ver a Fyodor sufrir su agonía pero al menos me compensarás la perdida de mi asistente ¿No te parece un buen plan?~
ESTÁS LEYENDO
LIBERTAD Y VENGANZA
FanfictionDecadencia del Ángel se ha disuelto. Yokohama está a salvo. O eso parece. Después de fingir su derrota contra Fyodor, Dazai escapa obteniendo así el antídoto que salvaría su vida y condenaría a muerte al terrorista. Gogol celebra haber demostrado se...