Purple Dream

Capítulo 0. Génesis

En un comienzo antes de que todo brotara, había un lugar lejano entre los astros, una dimensión caótica llena de energía fluyendo libremente de maneras increíblemente surrealistas y a simple vista, sin sentido alguno.
En aquel extraño lugar los sentimientos, así como los pensamientos tienen un rostro... (o por lo menos una forma física)
Así entonces los sentimientos y pensamientos de las personas convergen juntos de alguna manera, un tanto peculiar ciertamente.

Brotaron lágrimas amargas y a su vez con el pesar de mil almas; dolor, sufrimiento y angustia. Era su nacimiento, la semilla del renacimiento había sido plantada hacía un tiempo, esperando florecer.
Fluyeron cantidades insanas de dolor, odio y tristeza, pensamientos de muerte y depresión, hasta que toda esta energía fue condensandose y así tomando forma lentamente y en algún momento terminó su doloroso nacimiento, y así Lave llegó a la "vida" en aquella extraña dimensión.
Fue este su comienzo, lloró y se amargó por el hecho de existir.
¿De verdad la decisión estaba sobre sí?, ¿Existir o no existir?

Lave solía llorar de una manera que hacía que todos a su alrededor tuviesen miedo, siempre se le oía repetir una vez tras otra "No quiero existir, No quiero existir" con una voz rota y desgarrandose más y más.
No podía comprender el propósito de su existencia.
"¿Quién soy?, ¿Qué hago aquí?" Solía cuestionarse a si mismo todo el tiempo, incapaz de hayar una respuesta.
Lave al igual que todos ahí, era la manifestación de el interior de alguien, alguien lejano, de unos seres de carne y hueso. Lave nació a partir del dolor y la angustia de alguien, no corrió con la misma suerte de sus compañeros, los cuales algunos nacieron a partir de un sentimiento de amor o de felicidad y algunos otros, al menos, no tan dolorosos...
Por su peculiaridad, eventualmente Lave se volvió conocido entre todos en las cercanías.
¿Cómo es Lave?
¿Por qué llora todo el día?.

Lave es un ser distinto, incluso entre ellos. No tiene un rostro, cubre su cara con pintura y tela, tampoco posee manos por lo que usa guantes y por alguna razón... Nunca descubre su cuello. Su cabello... Es rizado, largo y oscuro, luce increíble, solo predominan dos colores en sí,
Negro mayormente y blanca su piel a excepción de sus labios púrpura que resaltan cómo lo haría una linterna en la oscuridad.

Nadie sabe por que agoniza todo el tiempo o por qué su nacimiento fue tan distinto al de los demás.
Sin embargo, un día en un momento, Lave simplemente desapareció.
Nadie más volvió a saber.

Lave por su parte, cansado de no tener un rostro o manos, se levantó y andó.
Hasta llegar a un misterioso lugar
Y al entrar desapareció.
Llegando al final de ese enorme palacio llegó a otra dimensión.

El Génesis dió comienzo ese día.
Lave emprendió su viaje para conseguir un rostro, incluso si en ese momento mantenerse en pie ya era un gran logro para sí.

Al llegar a este nuevo mundo, Lave encontró muchas cosas peculiares para sí, todo era nuevo y desconocido.
Dentro de Lave comenzaban a crecer sentimientos nuevos que no era capaz de comprender, "un gran vacío... lleno de cosas desconocidas"
Sin saber exactamente que estaba buscando, siguió su camino y en un momento se dió cuenta que, para conseguir un rostro tenía que sacar todo el dolor que había en su interior, de alguna manera, necesitaba expresar su naturaleza.
Comenzó a adaptarse a este nuevo mundo, el cual no era bueno con Lave pero aprendió a sobrevivir en este nuevo entorno.
Y así conoció una maravilla que solo existía ahí, Arte.

Lave tras aprender diferentes bellas artes comenzó un proyecto, el cual, según Lave, le ayudaría a encontrar un rostro. Lo llamó "A Bad Album"
¿Qué es lo que hace malo algo?
¿Su composición o acaso su contenido?
Lave lo llamó así porque para su forma de verlo, el contenido era lo que lo volvía malo.
Así que depositaría su dolor y también parte de los sentimientos del mundo ahí. Y así comenzó a trabajar y mientras avanzaba en su viaje se dió cuenta que cada vez le era menos difícil mantenerse en pié.
Incluso, logró correr una vez.

Pero Lave había olvidado algo y es que, Génesis ya estaba consigo y había comenzado a crecer a un ritmo lento pero constante y que ahora ya era grande.
Así, la figura de sentimientos sin rostro, debía encargarse de Génesis además.
Mientras que en los confines del mundo se oía una voz abismal resonar, pero que a su vez, daba una extraña tranquilidad a aquel que la escuchara, decía…
"Jamás te olvidaré"