Caramelo; Dos hombres opuestos.

Mi peor día

Dorian es un chico inteligente, reservado y Antisocial que siempre a demostrado un buen desempeño en sus clases, sus padres están orgullosos de su único hijo, nunca les dió problemas, se crió con buenos valores y su vida era bastante tranquila y a la vez aburrida. Ahí estaba él, cabello rojizo, ojos cafés, cuerpo delgado, tez blanca con pecas, sentado solo, en una banca leyendo sobre matemáticas y ecuaciones, por alguna razón ve al rededor del patio del instituto, estaban  unos chicos practicando rugby, observa detenidamente sus cuerpos sudados, sus músculos, sus piernas bien formadas, deportistas atractivos que cualquier chica desearía tener.

-En vez de hacer sudar sus cuerpos deberían leer.- Exclamo algo sonrojado, se levanta de la banca, cerrando su libro y se va a leer a otro lugar mas solitario, la biblioteca. Mientras leía, un chico alto, musculoso, ojos verdes, cabello negro, dotado de gran belleza se le acercó.
-Oye ¿Sabes en dónde puedo encontrar revistas?- Parecía bastante intimidante para nuestro amigo Dorian, así que con voz silenciosa le contesto apuntando en dónde estaban las revistas.
-Ahi están. -El chico solo se lo la vuelta y fue a buscar algunas revistas, mientras tanto Dorian decía en voz baja.- Típico atleta sin cerebro.- El atleta lo escucha y se dirige hacía el enojado, agarra con una sola mano su ropa, cerca del cuello.

-¡Que mierda dijiste! Dilo otra vez.- Dorian agarró todo el coraje que pudo y con nervios en su voz le contesto.
-Dije; Típico atleta sin cerebro. -El chico al escuchar lo mismo se ríe de él, coloca su puño en su cara a punto de golpearlo pero llega el director.

- ¡Ey! Felix a mi oficina ambos.- Estaban los dos sentados, esperando la sentencia. Aunque Dorian iba a dar su punto de vista al director.
-Director, al que debería castigar y mandar a detención es este sacó de músculos. -Lo dice como si nada, ya que Félix no podría lastimarlo en frente del director.
-¡Ja! Lo dice un costal de huesos. -Le responde sin mirarlo directamente.
-No es mi culpa tener más cerebro que músculos. -Felix solo lo observa con una mirada intimidante, hace ver su puño derecho ante Dorian.
-Espera que salgamos de aquí... Ya verás.- Susurra, mientras que Dorian se calla con miedo y mira al director algo nervioso. El director observa los antecedentes de ambos.
-Felix eres bueno en deportes, pero tú carácter hace que tengas conflictos con todos. Tus notas están algo bajas, mientras que Dorian es un exelente alumno académico, tranquilo y no tiene expedientes como los tuyos. -Mientras el Charlaba, Dorian se sentía orgulloso de si mismo y observaba a Felix con bastante orgullo mientras él lo miraba con odio. Continuó hablandoles, formando una simple conclusión- Desde ahora Félix se unirá a las clases de Dorian... -De inmediato Felix da a demostrar su descontento sobre la decisión del director.
-¿Que? ¡Imposible!
-Silencio. Irán a detención después de clases asta que yo personalmente les levanté el castigó.
-¡Esto es ridículo!.- Mientras tanto Dorian solo se quedó callado, estaba algo confuso ya que no podía creer que irá a detención.
-¿Ire a detención? ¿Y-yo? (Esto quedará en mi hogar de vida)
-Dorian ayudarás a Félix a subir sus notas por lo tanto deberán pasar los recreos en la biblioteca.
-Tengo entrenamiento después de clases y los recreos ocupamos el estadio para jugar.
-Ya no harás eso asta que suban tus notas, este instituto no es igual al de otros, es único, costoso y privilegiado de profesores de calidad, no podemos permitir que se empeñe por un estudiante con notas bajas. Desde mañana comenzarán a verse más seguido así que espero se lleven bien.

Ambos salen de la oficina del director, Dorian aún no lo puede creer, ambos se quedan mirando y Félix se le acerca intimidante.
-Mas te vale que no te pases de listo, o si no haré que ese cerebro tuyo deje de funcionar.
-No tengo miedo a don músculos.- Félix agarra con fuerza con una mano la ropa del pecho sacudiedolo el cuerpo de Dorian.
-Hare que lo tengas.- Sin más lo empujó a la pared golpeándolo en la cabeza, Dorian solo se quedó callado mientras que Feliz se alejaba de él.

Ya estando en casa, llega a su cuarto, vota su cuerpo contra la cama, comienza a gritar debajo de la almohada sin que nadie lo pudiera oir, su mirada triste reflejaba la preocupación y el desanimó.

-¡Maldicion! Ese chico me matará.

Continuará...