PARTE II
— Albert; Al fin en el trabajo. Las ventas son lo mío, sé que manejo esto con mucho entusiasmo y así logro captar más clientes que el idiota de Joel, siempre queda en quinto lugar y yo en segundo o tercero.
La paga aquí es muy buena, lo único malo es que tengo que levantarme muy temprano, apenas puedo dormir cinco horas diarias, además el viaje de traslado me está matando, es que toma demasiado tiempo llegar a este lugar, si tan solo tuviera un automóvil, pero eso cuesta dinero y eso es lo que no sobra en estos tiempos. Ser un simple asalariado tiene sus inconvenientes.
— Avigor; De tanto arrastrarme vi una luz, esto me dio aliento para seguir avanzando, nunca imagine que ver un poco de claridad traería alegría. Antes odiaba cuando las luces se encendían, cada vez que esto sucedía sabía bien que algo doloroso venia, las noches eran lo mejor, un silencio y una paz llenaban todo, sentía que todo eso me pertenecía y me hacía feliz.
Ya falta poco, este cuerpo débil no era tan débil como creí, y pensar que ellos me desecharon como basura por no complacerlos. Soy inservible pero estoy vivo, quizás eso ya sea algo para un sujeto de prueba como yo.
— Albert; No me gusta ir a tomar cerveza con amigos después del trabajo, porque siempre termino pagando la cuenta, de uno u otro modo ellos se las arreglan para hacerme caer, no sé si soy idiota o estúpido por creer en ellos, pero igual voy, no sé por qué no aprendo la lección. O quizás si la aprendí pero soy de las personas que se dejan manipular fácilmente, muy pasivo al parecer.
— Avigor; Qué es esto, la luminosidad hace que mis ojos estén sensibles y llorosos, siento un extraño olor en el aire, qué es este lugar, observo mis manos y son verdosas, siempre creí que eran grises, ya que me hacían usar ese antifaz para protegerme de la luz. No puedo ponerme de pie aun, solo continúo arrastrándome a pesar de sentir este extraño e insoportable calor.
— Anita; Conozco de memoria estas cuatro paredes blancas. Siento que mi mente esta errática últimamente, creo ver cosas que están ahí y luego no, locura quizás.
¿Por qué tuve que perder tiempo en absolutamente nada? las pequeñas pastillas las he estado escondiendo debajo de la lengua y luego las trituro y tiro por el baño, tienen un sabor amargo pero cuando las tomo duermo plácidamente, el problema es que no quiero volver a dormir y por eso las rechazo.
— Albert; La cabeza me da vueltas , quiero llegar pronto a casa, bebí demasiado, quizás no sirvo para esto, los años pesan más de lo que quisiéramos, lo gracioso es que tengo veinticinco años, pero siento como si tuviese cincuenta, sé que soy exagerado pero es que me siento fatal.
— Mery Rose; El dolor es más efectivo de lo que creíamos, el sujeto está evolucionando y no se opone a los que le ordenamos, aprende de manera rápida. Si todo sigue tan bien no será necesario preocuparnos más por aquel problema, pronto eso no será solo una ilusión sino una realidad.
En el trabajo de Albert
Joel : -Te ves cansado ¿cómo llegaste anoche? – tomaste mucho amigo, debes moderarte un poco para la próxima.
(Maldito, si no fuera por tu insistencia no hubiera ido a beber y terminado en ese estado. Por tu culpa la cabeza me duele a morir y el estómago esta matándome, solo porque soy cumplidor vine al trabajo y también porque no puedo faltar más o van a despedirme. ¡Maldición! esto es lo que pienso y quisiera gritártelo en el rostro pero no puedo, soy incapaz de iniciar una discusión con este imbécil, la verdad es que no soy muy amigo de Joel pero igual tenemos muchas cosas en común)
Albert: - Si lo sé, gracias por preocuparte-
— Anita; La puerta se abrió, no sé si salir de este cuarto o quedarme. Para que irme siendo que siempre he estado encerrada desde que tengo memoria, pensándolo bien no se desde cuando he estado aquí, tampoco sé que hago en este lugar, lo único que recuerdo es que un día desperté y estaba en este cuarto blanco.
—Mary Rose; El sujeto se niega a recibir más de lo que quisiéramos, los implantes nuevamente fallan, el cerebro solo admite cierta cantidad de información y el resto la rechaza , solo un dos por ciento de capacidad se activa.
Hemos errado nuevamente, y pensar que todo iba tan bien. No somos acaso quienes tenemos el cultivo. Por qué no logramos llegar más allá de lo que necesitamos. ¡Malditos seres inferiores e inútiles, dan ganas de abrirlos y extraer la información necesaria sin tenerles misericordia! Quizás deba calmarme, después de todo el sujeto será desechado una vez que lo dejemos de utilizar como siempre.
—Albert; Lo mejor es sonreír a pesar del dolor de cabeza.
Las señoras mayores son mis mejores clientas, nunca se quejan del producto y más encima son buenas consumidoras, en cambio los jóvenes son reacios a comprar, se quejan por todo y quieren saber más de lo que uno sabe.
Aún me quedan tres horas en el trabajo, solo quiero que el día termine pronto para darme un baño caliente y recostarme un rato.
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Destinations
Science FictionUna historia llena de sucesos extraños que hacen que se cruce la vida de diferentes personas y seres sobrenaturales.