—¿Haru que haces?— preguntó en una risita la pelinegra
—Tengo ganas de estar junto a mi Reina— Sanzu estaba recostado sobre los suaves muslos de la chica mientras los acariciaba con su mano —no entiendo como un ser vil y maldito como yo tiene el privilegio de poder siquiera estar cerca de una bella mujer como tu— exclamó en un ronroneo para besar sus muslos —muchos hombres matarían para solo tener el lujo de poder tocarte, pero solo yo puedo hacerlo—
Kim acariciaba el cabello rosa del chico, no sabía en que momento ese inocente y pequeño Haruchiyo con el que jugaba en el parque pasó a ser su perro guardian, alguien que a su lado se volvía tan sumiso para acatar sus ordenes sin siquiera pensarlo, el se había manchado las manos de sangre para que ella no tuviera que hacerlo, el acaba con la competencia en lugar de ella
Sea cual sea la orden que ella pidiera el la cumpliría gustosamente
Se la pasaba halagando lo que hacia, halagando su cuerpo o belleza, admitía que su ego subía demasiado al oír los halagos de Sanzu hacia su persona
—Oh, mi Reina— exclamó —dejame hacerte sentir bien como ningún hombre puede hacerlo, permita que me de el lujo de ver su hermoso cuerpo y dame el deleite al escuchar su suave voz exclamar mi nombre— levantó su mirada, una mirada que contenía un brillo especial, un brillo que solo Kim podía ver
—Haru no tienes que pedir permiso— colocó su mano sobre la mejilla de el acariciando suavemente —hoy toma mi cuerpo tanto como desees—
—No quiero hacerle daño a mi hermosa Reina— nunca sería capaz de hacerle daño a Kim, prefería morir las veces que haga falta antes que tocarle un solo cabello a ella
—No me harás daño Haru— asegura —se que nunca me harías daño—
—Nunca mi Reina—
Sanzu se colocó entre las piernas de Kim, se acercó más a ella para besarla y sentir esos labios tan suaves que lo volvían loco, introdujo su lengua en su boca para sus lenguas jugaran
Por encima de la ropa sus sexos chocaban de manera exquisita, su pene duro chocaba con la húmeda y palpitante intimidad de Kim
Cuando separaron sus bocas un pequeño hilo de saliva era lo que los unía, las mejillas de ambos estaban teñidas de rojo, sus pechos subian y bajaban tomando el aire perdido
—Te ves tan hermosa— halagó haciendo que sus mejillas se tiñeran en un color más fuerte
—corrijo, eres hermosa——Tu también eres hermoso Haru— tomó su rostro entre sus manos y sonrió —eres muy hermoso—
Ese halago hizo latir rápido su corazón, ese tipo de halagos viniendo de parte de ella le hacía sentir tan único en el mundo
Ambos volvieron a besarse pero esta vez de forma más romántica y lenta, disfrutaban de los labios de otro de una forma única
Sanzu tomó el pequeño pijama de ella y se lo quitó, revelando sus pechos, no eran enormes pero tampoco pequeños, eran del tamaño ideal
Kim no quiso perder tiempo, ella deshacía cada botón de su camisa y después bajó sus manos hacia el cinturón de Sanzu, la camisa salio volando por alguna parte aunque sus pantalones estaban caídos y dejaban ver sus bóxers
La besó una vez más para dejar un rastro de besos por su cuello hasta llegar a sus pechos, lamió la aureola al igual que el pezón que metió en su boca, Kim gemía de manera baja
Sanzu siguió bajando, dejaba un rastro de saliva que llegó hasta la cintura de Kim que alzó su cadera para que el quitara las bonitas bragas negras de encaje, que cuando salieron de sus piernas terminaron en algún lugar en el suelo de la habitación
La observó como si estuviera hipnotizado, la humedad que salía de Kim llegaba hasta las sábanas y empapaba sus muslos, no tardó en acomodarse entre sus piernas para dar un lenguetazo
Mientras lamía de arriba a abajo y mordía el clítoris, Kim gemía sintiendo como la lengua de Sanzu penetraba su intimidad, movía un poco sus caderas en busca de un poco más, enredó sus deos en la hebras rosadas de Sanzu y arqueo su espalda al sentir como su orgasmo quería llegar, sin dejar de lamer la intimidad de ella levantó su mirada, viendo la reacción de Kim se sintió feliz y más excitado de que a su Reina le gustara lo que estaba haciendo
Cuando Kim no pudo retener su orgasmo liberó todos sus jugos que gustosamente Sanzu lamió hasta los muslos de ella
—¿Usted me permite entrar dentro suyo sin un condón?— preguntó limpiando la comisura de su boca con el torso de su man —necesito sentirla—
—S-si— respondió aún jadeando un poco
Sanzu sonrió al oírla aceptar, quitándose el pantalón al igual que sus bóxers liberó su miembro erecto que ya soltaba semen presiminal, se masturbó un rato para que su pene se pusiera más duro, cuando logró su cometido entró de una sola estocada en Kim
—Estás tan apretada y húmeda— con una mano puso una pierna de Kim sobre su hombro y con la otra mano sujetó sobre su cabeza las muñecas de la chica, no sin parar de embestir de manera precisa y dura
Kim se sentía en el cielo, el pene de Sanzu tocando su punto sensible de manera repetitiva solo nublaba su cabeza y le hacía soltar pequeñas lágrimas de placer
—Joder Haru~... ah~... más duro—
—Como lo ordene mi Reina—
Haciendo caso a su orden, aumento la velocidad y fuerza de sus embestidas, el sonido de sus pieles chocar junto a sus gemidos era el sonido que se escuchaba en aquella habitación, los gemidos de Kim era como música para sus oídos, se escuchaba de manera tan hermosa y excitante, nunca podría cansarse de escucharla gemir
Cuando el interior de Kim se apretó más supo que su orgasmo volvería a llegar por segunda vez, por eso sus embestidas fueron más precisas pero lentas, quería disfrutar de sentir el interior de su amada Reina envolver su pene duro
Ambos llegaron al clímax, Sanzu aún lo salio del interior de Kim, quería llenar con el semen que salia de su polla el lindo coño de ella
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Aquí les hecho agua bendita ¡pecadoras! *les tira una biblia*
Pero más pecadora soy yo por escribir esto Xd.
Espero que les haya gustado este primer capítulo, realmente tengo muchos planes y drama para esta historia (͡° ͜ʖ ͡°)
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Lealtad |Sanzu × Lectora|
FanfictionHaruchiyo Akasho o mejor conocido como Sanzu, podría ser cualquier cosa, un psicópata, loco, asesino o un idiota Pero era alguien leal, la persona que se ganara su confianza podría ganarse la lealtad de este chico, cuando el conocía a esa persona a...