Roier es un universitario, trabaja en una tienda de libros para cubrir sus gastos y "vivir su vida al máximo".
Todo era una rutina, hasta hoy, cuando ve entrar a un chico que rápidamente se vuelve su obsesión.
...
— Sé que no me conoces, pero... — Hizo una breve pausa.
— Me gustas. — Confesó Roier, avergonzado de como habían sucedido las cosas.
— Oh... Uhm.. ¿Gracias? — Respondió Cellbit, muy confundido, sin saber cómo reaccionar.
— Ah. — Suspiró Roier, desilusionado por la respuesta tan estúpida del contrario.
— Lo siento, pero... ¿esto es algún tipo de broma? — Dijo Cellbit, avergonzado de sí mismo.
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Roier es un chico de veinte años que estudia en una de las mejores universidades gracias a la beca que le otorgaron por sus buenas calificaciones en su preparatoria anterior.
Tiene un trabajo de medio tiempo en una tienda de libros, específicamente, atendiendo clientes en ese local.
Él trabaja para cubrir todos sus gastos de la escuela, vive feliz con lo que ya tiene.
Como todos los días, él se dirigió a su trabajo, tras una hora en ese lugar. Llegó el chico que, inconscientemente, llamó su atención.
Roier sintió cómo una flecha se clavaba en su corazón cuando lo vió por primera vez.
"Cellbit" Se llamaba aquél chico.
Un universitario al igual que Roier, pero, a diferencia de él, Cellbit provenía de una familia adinerada, por lo cual, sus padres cubren todos sus gastos y él no tenía ninguna preocupación por el dinero que gastaba.
Cellbit frecuenta la tienda, ya que le encantaba comprar libros, en especial los de misterio, sus favoritos.
Roier, al poco tiempo de descubrir su "obsesión" por ese chico castaño, no prestaba atención a su alrededor, solo tenía ojos para el chico. Cellbit se encontraba escogiendo su próxima razón para trasnochar, mientras que Roier, solo le veía "disimuladamente".
«Luciendo lindo como siempre..»
«Me pregunto que libro comprará hoy...» Pensaba Roier,hundiéndose en sus pensamientos.
— ¿Disculpe..? — Habló Cellbit, con su característico acento brasileño que tanto le encantaba a Roier.
— ¿Eh? — Exclamó Roier, volviendo a su realidad.
— ¿Dónde están los libros de la saga, "Enigma do medo"? — Preguntó, volteando a ver las estanterías de libros, a ver si lograba encontrar lo que buscaba.
— Oh, um, están por allí. — Respondió el contrario, saliendo de su puesto para indicarle a Cellbit dónde se encontraban aquellos libros.
— Gracias. — Agradeció Cellbit, Roier luego volvió a su lugar de trabajo. Volviendo a pensar en él.
«Él es un poco raro, pero no importa...»
Fin del primer capítulo.
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