【 DEVIL, DO YOU LOVE ME? 】 || KOOKTAE ||

02

"No deberías jugar con el diablo

si te da miedo quemarte"

Los meses habían pasado y vaya que el príncipe y el diablo se habían seguido viendo.

Aquel bosque se había vuelto el lugar especial de ambos y cada tarde se veían a la misma hora para ver el atardecer juntos.

Taehyung mantenía recostada su cabeza en el hombro del contrario mirando aquel bello cielo pintado con todos esos tonos naranjas.

No le daba miedo estar junto a un ser "maligno", como muchas veces había oído a su padre decirle cada vez que se hacía mención del diablo.

Para el príncipe Jungkook no era nadie malo, simplemente la gente estaba escuchando la parte equivocada de la historia y el castaño lo sabía porque su corazón latía deprisa con la presencia de ese hombre, y por dentro sentía una gran tranquilidad, se sentía protegido junto a él.

— Jungkook... — Lo llamó.

— Dime.

— ¿El cielo y el infierno es tal como la gente lo describe?

— Bueno, es verdad que el paraíso tiene una vista mejor. — Rió un poco. — Pero en el paraíso hay más reglas, y la principal es que el amor está prohibido.

— ¿Amar está prohibido? ¿Y qué pasa con la gente que ama o se enamora?

— Dios les da una oportunidad de arrepentirse de sus pecados, la mayoría siempre lo hace por temor al infierno, pero hubo alguien que enfrentó a Dios y ahora vive en el infierno conmigo.

— ¿Quién?

— Es un demonio llamado Min YoonGi. Dios me lo entregó por pecar en la lujuria con otro de los ángeles, Park Jimin.

El castaño asintió escuchando atentamente el relato que le contaba el diablo.

— ¿Entonces su amor fue imposible? — Preguntó curioso.

— No, todas las noches el ángel Park cruza las puertas del infierno para verse con el demonio Min.

— ¿Y a ti no te molesta que un ángel esté en el infierno?

— Realmente no me importa, ellos han pasado por mucho y aún se aferran a querer estar juntos.

— ¿A dónde vas cuando mueres?

— Eso es un poco difícil de responder. — Sobó su nuca. — Al morir llegas a un umbral, en el cual hay una puerta. Depende de cómo fuiste en vida la puerta te guiará a tu destino, el infierno o el paraíso, pero... Hay una tercera opción.

El azabache se quedó callado y bajó la cabeza arrancando un poco de hierba, el príncipe lo observó esperando a que continuara, pero los segundos parecían eternos.

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— ¿Por qué el diablo se puso así? — La voz de la pequeña interrumpió el relato.

— Porque, como te dije, había cosas las cuales ni el diablo podía evitar. Entre ellas era que no podía traer a nadie a la vida o darle vida inmortal, y la más importante, no podía obligar a alguien a amarlo.

— ¿Y qué pasó esa tarde?

El hombre miró a su esposo y respondió sin quitarle la mirada de encima.

— Se enamoraron... Y se lo hicieron saber al otro con más que palabras. — Los ojos marrones del doncel brillaron.

— ¿Se dieron muchos besitos y abrazos como ustedes? — Ambos padres sonrieron ante la inocencia de su hija.