Capítulo 1: ¡Solo quiero un hijo!

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Aclaraciones:

- Este mundo es un Omegaverse

- Es una adaptación de un Manhwa que se llama casi igual (por favor no me funen ni me reporten la historia, solo estoy tomando la idea y algunos diálogos)

-Hinata es hombre y Naruto (acá se llamará Naruko) es mujer

- Para los que no conocen la dinámica Alfa/Omega es básicamente hombre con hombre, mujer con mujer, así mismo y en sentido contrario nah no se crean... en wattpad hay una guia  en donde detallan muy bien como es este universo maravilloso lleno de amor y lemon y aventuras y lemon y... mas lemon jajaja

Sumary: He estado comprometido con una mujer omega desde que era un niño para mejorar mi compatibilidad de feromonas, pero mi prometida me abandono para ir en busca del amor verdadero, desde entonces sufro de un rechazo a todas las feromonas omegas. Mis síntomas empeoraron esa noche debido a que mi Rut estaba cerca, así que trate de tomarme un descanso en mi habitación sin saber que esa noche todo cambiaria "¡Solo quiero un hijo ¡Véndeme una noche!" 

Narra Hinata: 

Como primogénito y heredero de la corporación Byakugan, mis deberes como alfa siempre han sido claros: debo engendrar a la siguiente generación. En el mundo en el que vivimos, encontrar una pareja con alta compatibilidad es una rareza; sin embargo, gracias al poder y al dinero de mi familia, eso nunca había sido un problema. Al menos no hasta ahora.

-Lo lamento, Hinata – Miré a Matsuri, la pequeña omega con la que he estado comprometido desde hace dieciocho años, como si le hubiera salido otra cabeza – H-He encontrado al alfa perfecto para mí – Mis ojos se dirigieron a su mano derecha, donde reposaba la hermosa sortija de diamantes – Lo amo profundamente – En cámara lenta vi cómo deslizaba el anillo por su dedo anular y lo dejaba en medio de la mesa que nos separaba – Vamos a romper nuestro vínculo y cancelar nuestro compromiso – Un enorme frío recorrió mi espalda... ¿Acaso estaba escuchando bien? ¿De verdad esto estaba pasando? Fui incapaz de decir nada durante varios minutos. Esperé ese famoso "crack" que se produce en el corazón de alguien cuando es abandonado por su pareja, pero este nunca llegó, simplemente me sentí... igual.

-Está bien – Aclaré mi garganta, intentando mantener la mejor postura posible – ¿Estamos hablando de Gaara? – Su rostro se coloreó de un rojo carmín, algo que nunca antes había visto en ella – Solo prométeme algo – Tomé sus manos entre las mías y entonces pude percibir el frío y el leve temblor en ellas; realmente era un idiota al pensar que yo era el único que se sentía mal – Debes ser muy feliz, ignora toda la mala publicidad y ten una hermosa familia; estoy seguro de que tus padres te apoyarán – Una sonrisa radiante se formó en su rostro, una que jamás había compartido conmigo – Bien, me tengo que ir – Rápidamente guardé el anillo en el bolsillo de mi traje y me levanté – Vive una buena vida, Matsuri – Me despedí de ella y me dirigí a la salida. Una limusina apareció casi al instante y solo cuando entré fui capaz de expulsar todo el aire de mis pulmones. Me tomé unos instantes antes de escribirle un mensaje a mi secretaria para que pospusiera todas las reuniones que teníamos programadas en el día. En ese instante fui capaz de denotar la magnitud de lo que había pasado: La mujer que estaba destinada para mí, con la que había estado comprometido desde que teníamos cinco años, la que había marcado en la universidad, la que había mezclado sus feromonas con las mías... Simplemente había terminado conmigo, una semana antes de casarnos.

-¿A dónde nos dirigimos, señor? – Aflojé el nudo de la corbata. ¿Acaso el centro de genética se había equivocado y no éramos tan compatibles como decían los estudios? – ¿Señor? – El leve carraspeo del chófer me devolvió a la realidad –

-Vamos a la casa de mi padre, por favor – El hombre asintió levemente antes de elevar la ventana para darme un poco de privacidad – Estoy jodido – El recorrido a la mansión familiar fue más corto de lo que esperaba. Suspiré en un intento de controlar mis nervios. Sabía que debía ser yo quien le diera la noticia a mi padre, pero como siempre, su reacción podría ser... volátil – Puedes irte a casa -por hoy, me quedaré a dormir aquí esta noche – Despedí al chófer con calma y abrí la enorme puerta de madera. Acomodé el traje lo mejor que pude antes de dirigirme a la segunda planta –

SOLO DAME UNA NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora