Min Yoongi quiere superar a su adversario.
Jung Hoseok quiere demostrarle a Min Yoongi que nadie puede con él.
• Omegaverse.
• Yoongi alfa, Hoseok omega.
• Leves interacciones del Yoonmin.
• Mención de otros Shipps.
• Capítulos de entre 1,000 a 1,50...
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El sonido del monitor cardíaco fueron los primeros sonidos que Yoongi escuchó.
De inmediato se levantó, pudiendo notar a primera vista las blancas paredes de aquella habitación, frunció su ceño y se recostó nuevamente en la cama, para ser perteneciente a un hospital, era muy cómoda.
Espera.
— ¿Dónde mierda estoy? — Gritó al darse cuenta de que no se encontraba en unos de los lugares que él destinaba para sus curaciones, además... — ¿Qué carajos pasó? — Faltaba Jay.
— Cierra la boca, Min.
El dulce aroma a Vainilla estaba presente de nuevo, Hoseok había entrado.
— ¿A dónde putas me trajiste? — Cuestionó Yoongi mientras se deshacía de la canalización que mantenía su muñeca atada al suero.
— Ouch, creí que ibas a darme las gracias primero en cuanto te despertaras.
Dijo Hoseok mientras se acercaba a la cama, acariciando con lentitud el borde de las sábanas que cubrían al pelinegro.
— No tengo nada que agradecerte, hijo de puta — Replicó Min, quitando las manos del más bajo con un enojo visible en sus ojos.
— Por supuesto que sí, te he traído a qué te atiendan y ahora estás bien, o no?
— Me apuñalaste, idiota.
— Puede ser, pero fue por una causa buena.
— Ah sí? Cual era esa causa?
— Si no lo hacía ibas a tener suficientes fuerzas para irte, y no querías eso, o sí?
— Sí lo quería, maldito, y ahora por tu "Buena causa" estoy debiéndole a un Jodido Omega.
— ¿El jodido Omega soy yo?
— ¿Hay algún otro en esta habitación?
— Te equivocas, Min, sí podré ser un Omega y todo lo que quieras — Hoseok deslizó su mano por encima de las sábanas, hasta llegar al vendaje que cubría la pierna derecha de Yoongi, justo donde estaba la puñalada de esa noche — Pero jodido no estoy.
Luego de eso el grito de Min se hizo presente en la habitación, Hoseok había presionado con fuerza aquella zona con puntadas y ahora el vendaje y las sábanas estaban ensangrentadas.
— Así que te prohíbo que vuelvas a llamarme de esa forma.
— Un Omega no va a prohibirme nada — Replicó el pelinegro mientras respiraba agitado, joder, las ganas de tomar al más bajo del cuello y asfixiarlo se hacían cada vez más grandes — Es una estupidez que alguien como tú esté detrás de todo ésto.
