Are you my angel? /// Kookmin Soft

Capítulo 4:

–Hola, Mochi –saludó Jungkook sorprendiendo al más bajo. Se encontraba en la entrada de su casa, había ido en su motocicleta a recoger a Jimin e ir juntos a la escuela.
–¿Cómo supiste donde vivo? –inquirió Jimin, más divertido por la reacción de su abuelita que sorprendido por la acción de Jungkook.

.....

Unos minutos antes...

–Cariño, un chico guapo, tatuado y malote está en la puerta, preguntó por ti –dijo su abuelita tocando a la puerta de su habitación.
–¿Malote? ¿De qué hablas, abue? –Dijo bajando en pijama, el cabello desarreglado y los ojos aún hinchados, pues acababa de despertar. Pero estos se abrieron de inmediato cuando vio a Jungkook parado en el marco de la puerta.

– No es ningún malote, es Jungkook, abue, mi amigo.

– Tu amigo es demasiado apuesto, Jimin –susurró su abuela.

"Lo sé, abue, también lo creo"

– Muchas gracias –dijo Jungkook, con una sonrisa egocéntrica. – Hola, Mochi.

–¿Cómo supiste dónde vivo?

–Le pregunté al chico de cabello azul que estaba platicando contigo cuando te pedí la cita.

–"Rayos, Tae". Bueno, si me vas a llevar vámonos ya, es tarde.

–Claro, pero no creo que quieras ir en pijama de patito a la prepa, Mochi.

Jimin se sonrojó hasta las orejas.

"No puede ser Jimin, que vergüenza."

–D-dame 2 minutos.

Jimin subió corriendo las escaleras de su casa para arreglarse, no podía creer que Jungkook, su amor platónico de toda la vida lo vio en pijama, pero bueno, son cosas que pasan ¿no?

Mientras tanto la abuelita de Jimin invitó a sentar a Jungkook en la sala, mientras le ofrecía un té o un vaso de agua.

–Seré muy directa contigo, Jungkook. No te conocía en persona, pero ya te había soñado un par de veces. Tienes tristeza en tus ojos, puedo verlo, pero quiero que sepas que puedes confiar en Jimin, solo confía y déjate llevar. No lo digo solo porque sea su abuela pero el es un ángel en persona. Mereces ser feliz y Jimin también.

Jungkook estaba anonadado, no entendía porque la señora sabía eso pero si lo decía era por algo, su rostro denotaba la experiencia que tenía en la vida y eso nadie lo podía debatir.

–Yo... no sé que decir.

–No tienes que decir nada, más bien, tienes que hacer algo.

.......

– Ahora si, ya podemos irnos Jungkook –dijo Jimin llamando su atención, mientras bajaba de las escaleras rápidamente.

– J-Jimin... luces muy... lindo... demasiado...–Jungkook no podía concebir cómo en menos de diez minutos Jimin se había transformado por completo. Se veía tierno con el cabello desarreglado y su pijama de patito, incluso así se veía bien; ahora lucía una falda blanca tableada con una playera café al estilo crop top, cabe resaltar que la falda era bastante corta, por lo que a Jungkook se le fue el alma al cielo cuando vió a su Jimin tan lindo.

– Gra-gracias Jungkookie, ya podemos irnos.

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–Rayos Minnie, estás demasiado lindo hoy, pero no me gusta. ¡Todos te quedan viendo! Quiero decir... aún no somos nada pero... no quiero que te miren siendo tan lindo.
–No te preocupes, Jungkookie, yo sólo tengo ojos para ti. –dijo Jimin sin pensar.

Jungkook se sonrojó intensamente, ese comentario lo había tomado por sorpresa, sin embargo, su estómago se había llenado de aleteos y su rostro de un brillo singular.

–Minnie, quiero decirte algo hoy a la salida. Te espero en la cancha de basquetbol cuando salgas, lindo.

"¿Lindo?". Pensó Jimin. Rayos, él realmente me pone mal.