Vida de casadas

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La luna de miel había quedado atrás y la rubia junto a Tiffany llegaron al penthouse para vivir juntas.

Desde el primer día en que volvieron tuvieron problemas, primero con la madre de taeyeon porque no quisieron ir a vivir a la mansión Kim y aquella mujer culpó de todo a la pelirroja, cosa que la rubia quiso aclarar enseguida dejando ver que había sido una decisión mutua.

En cuanto a la empresa el señor Kim decidió dejar por fin la presidencia y presentó oficialmente a la rubia como la cabeza de la familia.

Taeyeon esperó que su hermana decidiera formar parte de ese nuevo proceso, pensó que dejaría todo atrás y la ayudaría pero eso no pasó, al final la rubia solo se decepcionó aún más de ella.

-estoy agotada- taeyeon se inclinó hacia atrás en su silla soltando un suspiro.

-aún no a pensado en una vicepresidenta, debería..- la pelinegra se quedó en silencio al encontrarse con la mirada penetrante de su jefa.

-no, ese puesto es de Jessica y nadie lo va a ocupar hasta que ella decida hacerlo- taeyeon se quitó las gafas de lectura dejándolas encima del escritorio y puso su cabeza un poco más inclinada hacia atrás.

-pero ella no lo quiere- la pelinegra fue cuidadosa con sus palabras esta vez.

-lo se bien, aún así, prefiero no ocuparlo aún, al menos por un tiempo- llevaba unos meses de presidenta y se dio cuenta de que era una carga mayor.

-entiendo, intentaré ayudarla lo que más pueda, por ahora descanse, quiere que apague la luz?- la pelinegra tomó una compresa y la puso encima de los ojos de su jefa cubriéndolos para darle un descanso.

-no, hay mucho que hacer aún, solo será un momento- taeyeon se alimentaba mejor gracias a Tiffany, pero con todo el trabajo no podía descansar de forma adecuada.

-esta bien, seguiré revisando el registro por ahora- y para seohyun era lo mismo, debía hacer las mismas horas de taeyeon y tenía mucho más que hacer.

-gracias Seohyun- pero no le molestaba ayudar, porque era su trabajo, ser la asistente de la rubia y poder ayudarla en todo lo que le solicitara.

La pelinegra hizo una leve mueca al ver a taeyeon, luego salió de la oficina para avisar a la recepcionista que le pasara a ella cualquier recado o llamada hasta nuevo aviso, quería dejar descansar a su jefa un poco.

Una hora pasó y Tiffany llegó a la empresa, Seohyun estaba en el sofá de la oficina de taeyeon viendo unos documentos para alivianar la carga de la rubia.

Un par de golpes se escucharon y luego la puerta se abrió, la pelinegra se sorprendió al ver a la pelirroja ahí.

-mi señora, buenas tardes- ella no solía ir a la empresa a esas horas así que se puso de pie mirandola, le pareció que su jefa estaría en problemas.

-buenas tardes- tiffany le dio una sonrisa amable a seohyun -ya te dije que no tienes que ser tan formal Seo-

Desde que se había casado taeyeon y la pelirroja, la pelinegra la comenzó a llamar de esa forma y la trataba mucho más formal que antes.

-yo.. bueno, es solo que- seohyun llevó su mirada a su jefa, si hubiese sabido que su esposa iba a llegar esa tarde ahí la hubiese despertado antes.

-hace cuanto esta así?- le pelirroja también observo a taeyeon.

-hace más o menos una hora, me dijo que solo sería un momento pero creo que se quedó dormida sin darse cuenta- seohyun no podía mentirle, era mala haciéndolo.

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