Epilogo

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-Llegamos tarde.

- ¿Y de quién es la culpa? -preguntó Seungcheol, deslizando su mano en la de Jihoon y entrelazando sus dedos mientras se acercaban al bar.

Jihoon tuvo que concederle ese punto, no podía culpar a Seungcheol por su demora, cuando fue él, quien se había abalanzado sobre el hombre. Pero, ¿realmente podía culparlo? Seungcheol había salido de su baño, o lo que se había convertido temporalmente en el baño de ambos, usando sólo una toalla marcando al mini cheol. Chorreando agua y sosteniendo la toalla con una mano mientras con rapidez rebuscaba en la cesta de planchar en busca de unos pantalones limpios.

Le había preguntado a Jihoon si sabía dónde estaban, lo que Jihoon tradujo como "por favor salta sobre mi". En respuesta, Jihoon apartó de un tirón la toalla con una sonrisa pícara. Seungcheol como quien no quiere la cosa, se lanzó en su persecución, lo que terminó con ambos haciendo el amor frenéticamente en el sofá.

Jihoon todavía podía sentir el agradable dolor donde Seungcheol estuvo dentro de él, y para ser honesto, no había mejor sensación.

No había mejor sensación que la de tener la hermosa y gruesa polla de Seungcheol enterrada en él, sus piernas envueltas en torno a la cintura de Seungcheol mientras el hombre se conducía dentro de él, murmurando su nombre en el costado de su cuello y enviando un rastro de piel de gallina a su paso. No había ninguna sensación mejor que montarlo, viendo como Seungcheol gemía y aferraba a sus caderas apretando lo suficiente como para dejar moretones mientras se empujaba duro dentro de él. No había mejor sensación que recostarse colapsado, sudoroso, sin aliento, totalmente saciado y cómodo en los brazos del hombre que amaba con locura.

-Si pudieras mantener tus manos fuera de mí, llegaríamos a tiempo una vez.

-Eso es cierto -se rio Jihoon, abriendo la gran puerta del bar y mirando sobre su hombro con una sonrisa cuando sintió la mano de Seungcheol rozando con suavidad su trasero.

-Cheol, ¡amigo! Por aquí -llamó Joshua, invitándolos a una mesa para seis, donde sólo Jeonghan y él estaban sentados.

-Hola. -Seungcheol le dio una palmada en el hombro, y luego se sentó junto a Jeonghan, inclinándose para besar la mejilla que ella deliberadamente ofrecía.

-Hola -saludó Jihoon, sentándose al lado de Joshua, le dio un codazo.

-Hola, hada.

Jihoon suspiró.

-Sabes, nunca saludas a Seungcheol con los comentarios burlones.

Joshua soltó un bufido.

-Eso es porque podría aplastarme y matarme. Sin embargo, tú, princesa... -pellizcó una de las mejillas de Jihoon y luego lo golpeó-, eres un blanco fácil.

-Apestas, ve a comprarme un Cosmopolitan.

Jodete, tomarás una cerveza. -Se levantó y fue a buscar una ronda-. Cheol, ¿quieres una cerveza, hermano?

Seungcheol hizo una pausa en su conversación con Jeonghan sonriéndole a Joshua.

-Sí, gracias.

-Marchando. ¿Dónde están los otros dos?

-Mingyu discutiendo con el camarero, de nuevo -dijo Jeonghan, señalando hacia la barra-, y creo que Jun está perdiendo todo su dinero en las máquinas tragamonedas, como de costumbre.

-Menudo par de personajes -murmuró Joshua-. ¿Sólo un zumo de naranja para ti, amor? -Su voz era más suave cuando hablaba con su pareja embarazada, Jihoon se dio cuenta y lo hizo sonreír mirando de reojo a Seungcheol. Seungcheol hizo un guiño hacia él.

UN FANTASMA EN MI SOFÁDonde viven las historias. Descúbrelo ahora