Bienvenidos al reino de la oscuridad y a su maravilloso bosque Schwarzwald donde nada es lo que parece...
Una guerra entre el bien y el mal se avecina
Libro #1 de la saga amores oscuros 🖤
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« Interacciones »
Aron no podía creer lo que estaba presenciando, no sabía como podría una humana como leark, aguantar tanto dolor y aún así seguir peleando por lo que quiere sin importar las consecuencias, se acerco con la intención de tocar sus heridas acercó la mano para tocar la espalda y ni bien sus dedos le rozaron y gritó
— ¡NO! NO ME TOQUES!! — Gritó mientras empezaba a removerse con desesperó
— No dejen que siga moviendose, Any sosten con fuerza — dijo Joel, mientras tomaba unas cuerdas para atarle las muñecas a la cama
— NO ME TOQUEN MALDITOS BASTARDOS, VOY A MATARLES.. — gruño leark, mientras se movía con violencia y las heridas se habrían y volvían a Sangrar con fuerza
Aron ayudó a Any a sostenerla mientras Joel terminaba de sujetar las cuerdas en sus muñecas y pasaba tambien una por su espalda baja evitando que mueva tambien esa parte.
— Ya basta , maldita sea...— Susurró leark, aunque ahora sólo parecía una súplica
Any se acercó a leark y se arrodilló a un costado tomando su cara para que dejase de golpearla, mientras aconmodaba su cabello lleno de sudor lejos de su frente , comenzó a recitar unos versos en voz baja en una especie de idioma que Aron no conocía
La respiración de leark empezó a tranquilizarse poco a poco mientras la chica no paraba de recitar sus versos, mirando siempre sus ojos Cuando por fin leark volvió a quedarse plenamente dormida
Joel había terminado de limpiar las heridas y Rosa aplicaba la crema en su espalda, para luego taparla con gasas, En ningún momento Any dejó de cantar, con una voz melodiosa que tenía a las cuatro personas, incluído Aron casi hipnotizados
— Todo va a estar bien ahora , señorita leark, todo va a mejorar usted lo sabe — susurro Any antes de depositar un beso en la frente de leark y ponerse de pie
Aron siguió cada movimiento de la chica, le pareció extraño lo que le dijo a lo último, que sin que nadie tuviera que decirle nada, tomó una manta y tapo a leark con cuidado de que la manta no llegue a rozar la espalda
— Lo mejor será que pase la noche aquí en mi habitación , si la movemos ahora las heridas podrían abrirse y volvería a sangrar no Joel — dijo el rey
— Si, está bien con la medicina en crema que se le coloco, para mañana ya estarán cerradas — eso fue todo lo que dijo el médico antes de darse media vuelta y salir de la habitación.