Ritmo, notas, arte, música. Sonidos que hacen que delires, que te hacen sentir un completo viaje a otro universo cuando escuchas las canciones que hacen ese clic en ti.
No importa el momento, la ocasión o la situación en la que te encuentres. Cuando...
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—¿Estás segura?—pongo los ojos en blanco.
—Que sí, pesada—mascullo entre dientes malhumorada.
Andrea al otro lado de la línea bufa y parece regañar a Mateo por desordenar toda la ropa que anteriormente lavó, una sonrista se me escapa y de inmediato vuelvo a ponerme seria.
—¿Por qué estás tan segura?
—Porque cuando sea viejita no quiero vivir en la calle. Ya tendré mi casa para ese entonces...
Ella parece comprender mi situación y comienza a felicitarme por el gran paso, estoy un poco apurada así que con toda la amabilidad—escasa—que tengo en este momento le digo que tres personas me esperan en una oficina y no puedo seguir hablando.
Guardo el móvil en mi cartera y me dirijo al lugar donde me espera el abogado de mi casera, mi casera y también mi abogado. Fue un proceso largo el poner todos los papeles legales, Angelina fue muy paciente en todo el tiempo aunque sus problemas aumentaban, pero aquí estamos.
A punto de firmar un papel que dice que la casa es mía.
—Perdón—pronuncio cuando entro a la sala, las tres miradas se posan en mí y me siento pequeña en mi lugar. Como me incomoda que me miren fijamente—. Mi hermana me llamó y estuve hablando con ella, ahora si, prosigamos.
—No hay problema—me calma Angelina con una sonrisa.
El abogado de Angelina que resultó ser tres años mayor que yo me extiende el contrato y otros papeles más. Me tomo el tiempo de leerlo con cuidado y se lo paso a mi abogado para que sea él quien lo apruebe. No tarda más de diez minutos en leerlo, cuando sube la mirada a nosotros sonríe.
—Todo está perfecto.
No sabía que estaba reteniendo aire, pero lo suelto todo. Angelina me pasa un bolígrafo y su abogado me da las indicaciones de donde tengo que firmar, lo pienso un poco pero lo hago.
Oficialmente tengo una casa.
Les doy una pequeña sonrisa aunque por dentro me siento un poco mal, quería hacerlo junto a Milan, al saber la noticia se alegró incluso más que yo de que pudiera comprar mis cosas, solo que sigo un poco dolida sobre lo que pasó ayer y no lo he buscado.
Él tampoco me buscó a mí.
Tras despedirnos salgo de la sala y vuelvo a tomar mi móvil, encontrándome con un mensaje en el grupo de Music Challenge. Frunzo el ceño confundida y me voy directo al chat donde hay una nota de voz del organizador.
—Por acá les habla JoséMendez. Como muchos saben soy organizador del concurso de música. Y la última vez que escribí por acá no había buenas noticias. Es de mi agrado informarles que el concurso se vuelve a abrir, pero ahora hay algunos cambios.
