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Capítulo 8: FOOL.

Akaashi iba comiendo su helado como si su vida dependiera de ello, había estado todo el día esperando por ese momento, el día en la escuela había sido horrible, pues todo el día tuvo antojo de un helado de chocolate, él no era fan del chocolate, pero lo deseaba muchísimo. Y para su mala suerte –como raro– en la cafetería se habían agotado completamente, así que tuvo que esperar a que la jornada se acabará para comprarlo en un puesto afuera.

Se había cambiado el uniforme dentro del instituto para no tener que llegar a su casa a cambiarse, y esperaba ansioso poder ver algunos minutos a Bokuto. Hace días que no se veían, pues las visitas cortas que le había hecho Bokuto en las dos semanas sin verse habían sido de siete a ocho, así que ahora no las hacía, pues en ese tiempo Keiji no estaba en casa.

Caminaba junto a Oikawa y Shirabu mientras estos decían cualquier cosa que se les viniera a la mente.

—¿Semanas del ingeniero? — preguntó Oikawa a la nada.

—Sigue teniendo catorce, ayer lo preguntaste.

—Tres veces. — añadió Shirabu.

Oikawa asintió y lo perdieron el resto del camino, casi llegando dijo a la misma nada.

—¿Se imaginan que nazca superprematuro y sea Géminis?

Shirabu lo miró con extrañeza, y Akaashi río.

—¿Qué? No quiero que sea Géminis.

—Sales con cada estupidez, en serio eres sorprendente.

Un auto pasó por su lado, al cual ninguno prestó verdadera atención, pues iban demasiado ensimismados en su conversación sobre signos y ascendentes. Akaashi no entendía mucho del tema, pero se divertía escuchando a sus amigos hablar de ello como profesionales.

En cuanto llegaron, Akaashi pudo ver el auto en el que siempre estaba Kōtarō, pensó que claramente había llegado antes, pues él iba a pie, y Kōtarō en carro, sacó su teléfono y vio que no había mensajes, un «aquí estoy» o «te espero» nada. Cosa que se le hizo muy extraña. Quizás no era él. Y confundía las camionetas.

Pudo ver cómo se bajaba del auto y todos se quedaban paralizados, como si hubieran visto un fantasma, de acuerdo si era Bokuto. Tenía su traje como de costumbre, zapatos bien embetunados, el cabello recogido en una pequeña coleta, y por primera vez, no estaba sonriendo.

Siguieron caminando hasta llegar a él, sus amigos habían saludado y él había devuelto el saludo cordialmente, ellos entraron en la residencia y Akaashi y Kōtarō se quedaron allí de pie, ninguno dijo nada. Y aunque Keiji era bastante inteligente, no descifraba el porqué de la tensión en el aire. No estar durmiendo bien lo tenía tonto.

—Holap. —Terminó diciendo, pero no hubo respuesta, Bokuto solo lo miraba, como si estuviera analizando.

—Sube a la camioneta. —Dijo, sin saludar, sin sonrisa, sin nada.

Kōtarō dio la vuelta al auto para subirse al otro extremo de la camioneta, pude ver cómo la puerta del piloto se abría y salía el chico alto pelinegro, de ese día que Bokuto estuvo en su casa.

—Iré por agua, buena suerte, campeón.

Akaashi lo miró extrañado, vio como se dirigía a una cafetería que quedaba cerca y se sentaba en una de las mesas, sip, todo ese tiempo estuvo fuera, como si estuviera preparándose mentalmente para algo. Suspiro y subió a la camioneta sin pensarlo, Kōtarō estaba apoyando la espalda a la puerta mientras lo observaba, Keiji sentía que lo juzgaba.

The Little Problem - BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora