Capitulo 1.

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Isla quesadilla.

Ahí donde todos vivían en lo que podría llamarse "Ciudad perfecta." No había dolor y todo era felicidad. (O eso es lo que querían que TÚ vieras) Las grandes amistades juntas entre ellos, casi inseparables, y romances por ahí que eran tan empalagosos como únicos.

P

ero algo que destacaba mucho en ése lugar era la gran amistad que había entre dos anfitriones.

Un chico de cabello negro y largo, con un beanie del mismo color que la cabellera y hoodie azul oscuro como su pantalones.
Y otro chico con cabello corto castaño, su tan icónico abrigo rojo con la araña en medio, la bandana azul entre sus pelos y los pantalones negros.

Roier y Quackity eran un dúo caótico, los dos eran simplemente explosivos cuando se unían, lograban sacarles canas a cualquiera que desearan solo por diversión mutua. Pobre Philza, le sacaban canas verdes cuando su gran huerto de papas aparecía todo roto y pisoteado culpa de aquellos dos, como también a Bad que llenaban de minas el colegio que andaba construyendo y se lo explotaban a risas en frente suyo.
Eran simplemente uña y mugre.
Los destacaba ser así a ellos dos, disfrutaban la compañía entre ellos y todos decían que Roier era el único que lograba hacer que Quackity no pudiese parar de reírse como si fuese un desquiciado. Eran cariñosos y siempre se los veía entre abrazos o riéndose en los pastos del jardín de Tallulah mientras jugueteaban, eran como dos niños.

Ese día se encontraban caminando mientras simplemente recorrían la isla y se reían los dos de vaya a saber quién, simplemente se entendían solo ellos, aquellos hacía que lo que sea que tuvieran sea más especial, único y divertido, Roier confiaba casi a muerte en el pelinegro tanto que le contaba casi todo sin pelos en la lengua, al contrario de Quackity que tal vez era más reservado pero si que si necesitaba apoyo, él siempre estaba ahí.

—¿Qué harás esta noche, Boiler?

Luego de recorrer un rato habían frenado en un estaque mientras el mayor tenía los pies dentro del agua y el chico araña solo lo miraba sentado a su lado con las piernas cruzadas.

—Honestamente, no lo sé. Mi vida es bastante aburrida y eso lo sábes.

—De todas formas tal vez era algo distinto hoy. — Quackity había rodado los ojos luego de exclamar aquello, Roier a veces era bien poco hablador cuando quería sacarle tema.

—Mmh, bueno...Había estado pensado en seguirle a la ciudad y construir algo más.

El pelinegro solo asintió luego de oírlo.
La famosa ciudad que Roier armaba aún no estaba terminada y tenía un gran espacio en la isla para ser honesto, probablemente estaba bastante arriba de la lista con los que más espacio con muchos lugares ocupaba. Pero a nadie le molestaba, los construcciones del menor eran simplemente increíbles y que le sacaban risas a todos destacando aquella cultura mexicana tan orgullosa que siempre demostraba, simplemente era difícil enojarse por eso y en especialmente porque estábamos hablando de Roier que era el querido en la isla por no decir "El más."

—Puedo ayudarte con eso si quieres.

El mayor levantó la mirada para clavarla en los ojos contrarios que lo miraban con sorpresa fingida y llevando los brazos a su cabeza.

—¿Tú? ¿A poco le chambeas tú, mijo?

—Chingas a tu madre, Roiler.

El pato se enojó tirándole agua soltando una suave risita divertida ante ello viendo la expresión ahora con sorpresa honesta cuando le mojaron.

𝗧𝗪𝗜𝗖𝗘 | spiderduck.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora