Y sin querer me arrastré a sus sombras como cual ciego lo haría
Y no supe ver el agujero negro en el que me metía
Y descifré sin querer el por qué de su mirada sombría
Y supe conocer el infierno que sus ojos escondían
Y me atreví a contemplar un rayo de luz entre tanta oscuridad
Y jamás creí observar por azar cosa tan bella como aquella
Y decidí indagar en lo que aquel destello me producía
Y no sabía a que clase de enigma me llevaría
Y caí en las entrañas de tan profunda fatalidad
Y acabé cegada a causa de mi ingeniuidad
Y me perdí entre tan terrible tenebridad
Y supe conocer el infierno que sus ojos escondían
Y admiré cada tempestad que de allí provenía
Y desenterré el brillo que un día decaía
Y no quise ver lo que en mi, ello significaría
Y me resigné ante aquella luz, yo no sabía lo que hacía.
Y sí, me enamoré de algo tan funebre como sus ojos
Y supe conocer el infierno que sus ojos escondían