"Apuesta Amorosa"

...8...

*Narra Shadow*

-ingresé a la espaciosa habitación en la que permanecía solo la mayoría del tiempo, pese a que la soledad empieza a cobrar factura a nivel emocional; lo prefiero antes que convivir con ese par de mal nacidos. Acaricié mi mejilla con gentileza mientras mis labios temblaban lastimeros, honestamente, no sé si poner de mi parte sea lo mejor pero no sería consciente seguir siendo sometido a maltratos si puedo modificar el rumbo de las cosas aunque sea un poco.

|Al día siguiente|

*Narra Sonic*

-visualizaba el jardín trasero mientras disfrutaba del café recién hecho que reposaba sobre mis manos dentro de una pequeña taza de porcelana, enfocando la vista en el jardín. Hice una mueca de disgusto cuando sentí su presencia en la misma habitación.

-¿Por qué percibo esa molestia en tu rostro cada vez que aparezco?. -cuestionó canturrón para posarse a un lado de mí, visualizando la ventana.

-No tolero tu compañía, ¿satisfecho? -soltó una desmesurada carcajada, tomándome por los hombros. -. Entonces para de exaltarte. -sentí mis pupilas mióticas y cuando giré detrás de mí el ya no estaba. Tomé una buena cantidad de aire recapacitando lo acontecido. Él... tiene razón; cada vez que esta clase de sentimientos se apoderan de mí el reaparece.

[...]

*Narra Shadow*

-enjuagué mi rostro cuando el agua se acumuló entre mis manos, cerrando la llave y visualizando mi rostro herido. Hice una mueca de disgusto que llenó mi cabeza de cólera. Dirigí mi harta mirada hasta la perilla de la puerta y un fugaz pensamiento se apoderó de mí. Salí para dirigirme hasta la ventana por la que anteriormente mi huída se fue al carajo, pero esta vez no me interesaban las consecuencias.

Escalé tan rápido como mis inexpertas habilidades me lo permitían, abrí la ventana para impulsarme desde el marco, buscando un punto de apoyo desde el otro lado. Intenté usar el reflejo de la ventana vecina y mis pupilas se dilataron al instante.

¡El no tenía que estar aquí!.

-mis movimientos se entorpecieron debido al miedo, sus iris esmeralda reflejaban una mirada incontenta. Sentí el resbalón de mi pie derecho que provocó una caída brutal, mi cabeza se había llevado la peor parte, tanto que me arrepentí instantáneamente. -Mierda. -farfullé cuando el dolor se hizo estremecedor.

Dirigí la mirada hasta la ventana en busca de su presencia... fallando en el intento.

-forcé mi caminar a través del inmenso jardín, mordiendo mi labio con fiereza cada vez que mi vista se tornaba borrosa. Caí estrepitosamente cuando el dolor se hizo insoportable volteando en el transcurso; su caminar era sumamente tranquilo y no perdía elegancia. -¡Vete a la mierda, imbécil!. -exclamé, buscando con desespero alguna oportunidad para deshacerme de él.

Retrocedí tortuoso mientras el se acercaba cada vez más.

-gruñí cuando comprendí que no retrocedería y volví a intentar correr. Logré apartarme lo suficiente un par de metros, pero mi condición era un asco y mi cuerpo lo sabía mejor que yo.

Una vez más, caí de manera estrepitosa; aferrandome a los costados de mi cabeza en busca de cesar el dolor.

-Maldición, aléjate de mi. -rogué tembloroso cuando su difuminada silueta se detuvo frente a mí.