El encuentro

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La noche parecía muy sombría, estaba realmente desesperada por todo lo que me estaba pasando, me sentía inútil y estúpida. Mi novio me había visto la cara de idiota todo esté tiempo.

Después de el trabajo lo encontré besandose con su amante, en mi departamento y no solo lo hicieron una vez, sino que en muchas ocasiones, eso me volvió realmente loca, lo amaba demasiado, trabajaba para mantenerlo, le daba constantemente mi salario para sus apuestas, pero eso no fue lo peor,cuando lo ví a el y a su amante besarse en mi departamento me dijo.

-¿Eres idiota o te haces? ¿creías que yo estaría contigo, para toda al vida, estúpida? Cansu, querida, solo me serviste por tu dinero nada más.

Al escuchar esto, todo mi mundo se destruyó, el era mi primer amor, di todo por él con tal de que tenga un plato en la mesa. Me deje humillar por él múltiples veces en trabajos de mala muerte, ¿y así me pagó? Tenía un nudo en la garganta cuando veía al único chico que me amaba, agarrando la cintura de otra mujer y besándola, en ese momento solo caí al suelo, comenze a llorar, hasta no parar, tenía muchos mareos, y veía borroso, mi novio al ver esto solo se comenzó a burlar con su amante eso me dolio, mi voz estaba cada vez más temblorosa, pero solo me hice bolita en el piso tapándome los oídos, sin querer tomar conciencia de la situación, hasta poder calmarme, después de un momento logre estar más calmada y escuché una de las cosas que decía mi novio...

-¿Realmente eres tan tonta, Cansu?, ¿Pensaste que yo te amaba? Y lo peor esque te rebajaste tanto por mi... -risas- eso es lo que más me da gracia.

Al escuchar esto, me levanté desganada del piso, agarre nuestra foto juntos y la arroje con mucha fuerza, hasta hacer romper el vidrio, que cubría el retrato. Agarre mi bolso y me fui lo más rápido que pude de ese departamento. Pero escuché su voz que gritaba...

-¿Es lo único que puedes hacer maldita perra? No sirves para nada.

Me tape los oídos y me dije a mi misma en voz baja.

-No lo escuches... No lo escuches...

Después de un momento me logré calmar un poco, caminaba sin rumbo, tome un autobús, que me llevo hasta el final de sus paradas, cuando me baje, el cielo ya se estaba opacando, y las personas se comenzaron a retirar, al instante solo me encontraba sola en la oscura calle, me arrodille al piso y grite.

-¡Por qué! Me tuve que rebajar tanto por un hombre, ¡Por qué maldita sea!

Mis ojos estaban hinchados por tanto llorar, mis lágrimas caían sobre mis cálidas mejillas sin parar, mi ropa estaba un poco sucia, por qué me volví a echar en la fría pista de la noche, mi cuerpo temblaba y mi pecho me dolía demasiado...ya no me importaba nada solo quería ser libre.

Al rato me desperté, con dolor en los ojos, sentía mi espalda fría, me levanté tan rápido como pude y empecé a caminar en la pista con el fin de acabar con todo esto, pero llegó una camioneta negra polarizada, a mucha velocidad, yo solo abrí mis brazos, preparada para lo que iba ocurrir, cuando el carro se acercó demasiado a mi, me tumbo al instante, así lastimandome las rodillas terriblemente.

Nadie salió, del carro, por la ira que me cargaba, me pare rápidamente, tirando una piedra al parabrisas del conductor.

-¿Acaso no te fijas, imbécil? -Pregunté-

Al hacer esto, salió un chico, alto, con trenzas, un piercing en la parte inferior de el labio y ropa ancha, el chico se veía tranquilo pero cerro fuerte la puerta de su camioneta y se puso frente a mi.

-¿Que es lo que te sucede, loca? Tu estabas en medio de la pista, ¿te querías suicidar o que?

-¡Tu eres el que tiene la culpa! -me agarro las rodillas que me estaban sangrando-

-Te ves muy mal, ven conmigo -dijo preocupado- el chico misterioso

-No te nesesito, ¡lárgate!

-No fue una pregunta, vas a ir conmigo y punto, mírate estás lastimada, por mi culpa.

-Ya vete, estoy bien.

-Por supuesto que no estás bien, no seas orgullosa y déjame ayudarte, nena. -hablo en un tono coqueto-

-¡Dije que no, entiende! -le dije gritando-

A las justas me podía mantener de pie, estaba demasiado maltratada.

Él al ver esto, se acercó a mi para cargarme, levantándome de la cintura, yo no pude reaccionar, solo me desmayé al instante, lo último que pude ver, mientras me sostenía en brazos, fueron esos hermosos ojos castaños y profundos, que me enamoraron completamente.

Sabía que él, era el mismo Tom Kaulitz ya que logre ver su rostro mejor,  es la gran estrella de Tokio hotel, pero nunca fui fan, solo sabía algunas cosas.

Tom me recostó en la parte de inferior de el auto, llevándome, así, a su mansion.

-No creo que esto le haya afectado tanto se veía muy agotada, seguro fue otra cosa, al llegar le curare las heridas, que le provoqué. -Afirmo Tom en su mente- mientras conducía.

La mansión era realmente grande, estaba decorada con estatuas de animales salvajes dorados con un toque de plata fina, la mansión tenía 10 empleados y 18 habitaciones con yakusi.

Al llegar a la mansión, Tom saco del carro a Cansu cargándola, así, llevándola a la habitación de invitados, mientras la llevaba una empleada se asusto, y preguntó

-¿Señor Tom? ¿que hace con está jovencita a esta hora de la noche?

-No es nada vuelve a dormir, no te preocupes
-dijo Tom con un tono serio-

Tom tenía bastante fuerza ya que cargo a Cansu hasta llegar a la lejana habitación de invitados, al llegar la recostó sobre la cama y agarro el botiquín más cercano que se encontraba ahi, le paso un poco de alcohol con agua oxigenada, después de eso vendo su débil pierna. Cansu seguía desmayada sin darse cuenta que Tom estaba a unos centímetros de ella.

Al terminar,Tom guardo todo, tapó con una sábana de lana pura a la chica, y por un momento se quedó admirando su bello rostro, preguntándose a si mismo.

- ¿Realmente ella será como las demás?, ¿oh esque estoy sintiendo algo hacia ella? -se preguntaba a si mismo-

-Hay cariño, me has endulzado con tu belleza.

Dijo tocando las facciones de el rostro de Cansu.

Tom sentía mariposas en el estómago por primera vez, ya que nadie lo había hecho padecer de este sentimiento antes.

Se quedó en la habitación por un momento tocando, su cabellera suave y negra de la dichosa joven.



Love is not perfect -Tom Kaulitz -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora