La casa de Potter-Greengrass

Capítulo 7 : Sirius Negro

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2 de marzo de 1994

Hogwarts, Escocia

Harry estaba muy cansado de tocar la puerta. Sólo había interactuado con el profesor Lupin en clase durante las últimas semanas. La única razón por la que estaba aquí era porque no quería volver a tener problemas con los dementores nunca más. No importaba que ya no estuvieran en la escuela, simplemente no dejaría que lo incapacitaran nuevamente. Harry quería escuchar la voz de su madre, pero no así...

Su mano fue hacia la puerta, su coraje de Gryffindor se negaba a ceder ante sus dudas.

"Adelante", llamó el profesor Lupin a través de su puerta.

Harry abrió la puerta y entró. El profesor Lupin lo miró. Después de un momento, el hombre comentó: "Se ve muy bien, Sr. Potter. Me alegra que haya podido obtener la ayuda que necesitaba".

Harry frunció el ceño. "Estoy aquí sólo para trabajar en mi patronus".

El hombre frunció el ceño y asintió. "Mi oferta sigue en pie si alguna vez quieres saber más sobre tus padres".

"¿Para que puedas sentirte menos culpable?"

El profesor Lupin sacudió la cabeza, ignorando la ira en la voz de Harry. "No. Nunca podré expiar todos esos años. Sólo quiero que sepas quiénes fueron. Lily y James eran buenas personas y veo algunos de ellos en ti".

Harry sintió que algo en él se estremecía. "Tal vez más tarde. ¿Todavía tienes el boggart?"

El hombre dejó escapar un largo suspiro. "En el aula. ¿Has tenido tiempo de pensar en un mejor recuerdo?"

Tan pronto como Remus preguntó, el primer pensamiento en su cabeza fue en Daphne sosteniendo su mano hace unas semanas. Inmediatamente le hizo sentir calor. "Creo que sí."

"Bien. El hecho de que ya puedas hacer un escudo es notable. Si trabajamos más en ello, es posible que puedas hacer un patronus corpóreo a principios del próximo año escolar", elogió el profesor Lupin.

Harry asintió mientras se acercaba al baúl que contenía al boggart.

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9 de marzo de 1994

Prisión de Azkaban, Mar del Norte

Elphias estaba de pie contra el marco de la puerta. Estaba empezando a aparentar su edad.

"¿Quieres sentarte, viejo amigo?" Ofreció Albus, señalando el asiento de lona de su celda.

"Te ves horrible, Albus", comentó Elphias.

El anciano soltó una risita oscura. "He hablado en contra del uso de los Dementores para los prisioneros de alta seguridad en los pisos superiores durante muchos años. Ahora estoy empezando a pensar que debería haber presionado más para desterrar a los demonios".

Las criaturas estaban sacando a relucir sus propios arrepentimientos y temores. Albus encontró eso inquietante. Lamentó lo que le tuvo que pasar a Arianna. No se había dado cuenta de que tenía tantos otros arrepentimientos o acontecimientos horribles que le habían afectado tan profundamente. Toda una vida de pasos en falso que había cometido por un bien mayor.