One

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Noche

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Noche.

Pip se retiró a su cama, la inquietud palpable en su interior mientras las palabras que escribió Damien resonaban en su mente. Había algo siniestro en su tono, pero Pip no podía evitar pensar que era solo una broma pesada. A pesar de su miedo latente, se acomodó en la cama y contempló el techo durante unos momentos, preguntándose si debía tomar en serio la advertencia de Damien. Finalmente, decidió que no tenía sentido preocuparse demasiado y cerró los ojos con la esperanza de que sus temores desaparecieran en el sueño.

Damien entró en la habitación, su mirada oscura y lujuriosa mientras avanzaba con determinación. Con manos hábiles, ató las muñecas de Pip al cabecero de la cama, asegurando cada nudo con precisión. Sus ojos recorrieron cada centímetro del cuerpo de Pip, saboreando la anticipación que colmaba la habitación. Damien se tomó un momento para observar a Pip, sintiendo cómo la pasión fluía a través de sus venas, como un fuego ardiente que crecía con cada latido de su corazón. La tensión en la habitación era palpable, y Damien sabía que lo que vendría a continuación sería un encuentro inolvidable.

Damien soltó un suspiro profundo, su respiración entrecortada por la excitación que lo embargaba. Con manos firmes, comenzó a bajar los pantalones y el boxer de Pip, revelando la piel pálida y tersa que yacía oculta bajo la tela. Cada movimiento de sus dedos era calculado y sensual, sus ojos fijos en el cuerpo de Pip, anticipando lo que estaba por venir.

Justo en ese momento, cuando el ambiente estaba cargado de tensión y deseo, Pip se despertó de repente. Su voz, llena de sorpresa y enojo, cortó el silencio de la habitación.

— ¡¿Qué demonios, Damien?!

Pip miró a Damien, quien lo observaba con una sonrisa diabólica en los labios. La atmósfera se cargó de un aura misteriosa y peligrosa.

— Te dije que lo haría.

La voz de Damien sonaba oscura y resonaba en el cuarto, enviando escalofríos por la espalda de Pip. Sin perder tiempo, Damien separó las piernas de Pip y las ató, dejando que quedaran abiertas, asegurando que Pip no pudiera cerrarlas. El cuarto se llenó de una tensión palpable, mientras ambos hombres se enfrentaban a un destino incierto.

Damien se posicionó en el centro de las piernas de Pip, su mirada ardiente fija en el rostro de su compañero. Pip, nervioso y consciente de lo que estaba por ocurrir, no pudo evitar preguntar con temor en su voz.

— E-espera, ¿no vas a prepararme primero?

La preocupación se reflejaba en los ojos de Pip. Sabía que si Damien lo penetraba sin lubricación ni preparación, el dolor sería insoportable.

Damien, con un dejo de frustración, respondió mientras avanzaba decidido:

— Si no te hubieras negado al principio, no estaríamos en esta situación.

Sin más preámbulos, Damien entró en Pip de una sola estocada, haciendo que este soltara un gemido ahogado. Pip rápidamente se mordió el labio para evitar que sus gemidos fueran escuchados.

"Notas" Pip x Damien Donde viven las historias. Descúbrelo ahora