acto uno: devoción y pecado

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ACTO UNO:
DEVOCIÓN Y PECADO

ACTO UNO:DEVOCIÓN Y PECADO

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Un lobo entre dragones. Rhaegor Velaryon, bastardo de Rhaenyra Targaryen y un norteño, nació como un pecado que nadie se atrevía a nombrar. Sin rasgos valyrios, sin un lugar verdadero, creció desafiando las reglas de un mundo que nunca lo aceptaría. Rebelde, caótico y hambriento de lo prohibido, encontraba placer en todo lo que era moralmente incorrecto.

Y Alicent Hightower era el mayor de sus pecados. La reina devota, la esposa de su abuelo, la mujer que lo veía como una aberración. Pero el desprecio y la furia no podían ocultar la tensión latente entre ellos, la atracción oscura que amenazaba con consumirlos. Alicent luchaba contra su deseo, contra la corrupción que Rhaegor encarnaba, pero él solo quería verla caer, manchar esa fe que ella tnaato defendía. Porque no había mayor satisfacción que corromper lo sagrado, romper lo que debía permanecer intacto.

Pero si bien desafiaba a los dioses y reyes, había una fuerza a la que jamás se atrevería a traicionar: su madre Rhaenyra.

Y mientras los pecados se acumulaban y una sombra de se cernía sobre Poniente, Rhaegor se debatía entre la devoción inquebrantable a su madre y la pasión que lo arrastraba hacia la perdición.







Y mientras los pecados se acumulaban y una sombra de se cernía sobre Poniente, Rhaegor se debatía entre la devoción inquebrantable a su madre y la pasión que lo arrastraba hacia la perdición

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