El Distrito 2 es el segundo distrito con mayor número de población, pero el más chico de todos. Estamos justo debajo del Capitolio así que no deberíamos tardar más de dos horas en llegar.
Voy directo a mi habitación, tiene una pequeña ventana por la que se aprecia la velocidad a la que viaja el tren. Me meto en la ducha y presiono todos los botones al azar. Saliendo una alfombra me seca con chorros de aire a presión. Todo esto es nuevo para mi, aunque en la escuela afirman que somos uno de los distritos más ricos de Panem no estamos a la altura del Capitolio. Abro los edredones de la colcha y me acuesto, solo cierro los ojos y tomo un siesta.
Solo siento unos cuantos empujones y abro los ojos. Miro fijamente a Seane con el ceño fruncido por no dejarme dormir un poco más.
-Arriba, arriba-. Dice con su acento lúgubre del Capitolio.- llegamos.Me levanto y miro por la ventana. Una ciudad se alza de entre las montañas, con sus edificios todos relucientes. Me visto rápido con un pantalón rojo intenso y una camisa rosada. Voy a la sala principal dentro del tren, en el que hay un ventanal por el que se puede apreciar el resplandor de la gran ciudad, Glyen está ahí. Los ciudadanos se emocionan de vernos, saludan lanzan besos al aire hasta incluso rosas. Me quedo pasmado.
-Saluden-. nos indica Seane
Obedezco sin protestar y empiezo a devolver los saludos, y como si fuera la persona más deseable del mundo enloquecen aún más. «Son... extraños» Todos visten de formas grotescas, unas más que otras, se les nota la tonelada de maquillaje que usan y los brillos solo empeoran la cosa.El tren para justo delante de un edificio alto, cubierta de puro cristal.
-Bien ahora sus estilistas los tratarán para que queden... fabulosos
-¿Estilistas? -. Pregunta Glyen desconcertada
-Si, bueno en realidad es ¡Todo! Un equipo de preparación, pero el estilista es el encargado de que se vean fenomenales para el desfile.
-¿Cual desfile? -. Preguntamos Glyen y yo impacientes al unísono. Pero eso solo logra que Sean se emocione más, tanto que empieza a dar brinquitos de alegría.
-¡Ya lo verán!Odio las respuestas que no responden a nada, son solo pérdida de tiempo. Nos metemos al edificio, yo con una expresión tosca todo el tiempo. Un vestíbulo elegante con una sala en medio de todo, con unas personas sentadas charlando.
-Les presento a su equipo de preparación-. Todos se levantan de un salto y corren a saludarnos.Una hora después estoy casi desnudo en una especie de cama reclinable como en un hospital. Me siento invadido por la intimidad. ¡Ras! Dehbra arranca una tira de papel con cera de mi pierna derecha, quitándome los vellos.
-Lo siento, pero es que estas...
-Déjalo así-. Le digo antes de que pueda terminar la frase. Mi equipo de preparación lleva hora y media tratando de quitarme todo el vello corporal, las piernas, las axilas, el pecho, y hasta los brazos. Parezco un pollo recién desplumado, todo rojo. El ardor es increíble, en todas partes. Dehbra saca otra tira y hago una mueca de dolor. Henia me aplica una crema suave y verdosa, pero relaja la tensión, antes de que otra tira sea arrancada junto con un pedazo de mi alma.
Las uñas me las han lijado hasta que están sumamente cortitas y lizas, las pestañas me las han arreglado y con unas pinzas le han dado forma a las cejas. Dehbra, Henia y Alisson esbozan una amplia sonrisa y retroceden para admirar su trabajo, luego entra una cuarta mujer. Es alta y esbelta, peluca rubia y vestido naranja. Suelta una cara de admiración al verme, como si fuera una escultura hecha por ángeles, absurdo.
-Eres todo un hombre-. Su expresión me incomoda, me está analizando casi desnudo, eso es... inquietante.
-Gracias-. Gracias esbozando una sonrisa forzada.
-Soy Claudius
-Jeamille-. Contesto en tono incómodo.Al terminar cambiamos de edificio y nos encontramos a Glyen, Seane y el estilista de Glyen... Jul. Todos nos metemos en un amplio elevador con pared de cristal y presionamos el botón '2'. Nos dijo Seane que cada distrito tiene su propia planta. En nuestro caso es la segunda.
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Los primeros Juegos del Hambre
FanfictionDespués de un año de que el Capitolio abatiera a las fuerzas rebeldes y destruyera por completo del décimo tercero Distrito se firman El Tratado de la Traición que indica que cada año se celebraran los Juegos del Hambre en recordatorio de que ni siq...