Capitulo 8

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Conté hasta Díez mentalmente esperando el insulto de la chica, pero este nunca llego, la chica miró sus manos por un rato y luego me regaló una sonrisa.

—Es primera vez que trabajas con esa marca de esmaltes?.- me preguntó

—Si, lo es, pero tranquila, si no te gusta como quedó podemos pintarlas de blanco y ya está, no te preocupes.- Comenté algo nerviosa por su reacción.

—Tranquila, quedaron súper lindas, tienen sus detalles, pero entiendo que no todo el mundo está acostumbrado a trabajar de la misma manera y cada quien tiene sus cosas, ahora, empezamos con el Pedí?.- Pregunto comenzando a quitarse las sandalias que cargaba.

—Esta bien, iré a buscar la tina para comenzar con el pedí.- le dije y seguido a eso me fui directo a el estante donde horas atrás había acomodado las tinas y bolsas que se usaban para el pedí.

Aún estaba algo impresionada por la reacción tranquila de la chica, esperaba que no fuera como algunos clientes en la paletería que lucían lo más amigables posible y apenas uno se descuidaba iban y le daban malas reseñas a Gustavo y a Carmen y hasta enterraban vivo a uno.

Volví al lugar donde estaba la clienta y comencé a trabajar en silencio, para que no se sintiera incómoda puse música y al cabo de una hora ya había terminado el trabajo. Saque la cuenta de los precios y casi me dolió mi bolsillo, Pensé que la chica se quejaría por cobrarle lo que para mí era costoso caro pero no resultó así, la chica cancelo sin problema al cabo de unos minutos se fue.

Me dispuse a recoger el pequeño desorden que había dejado en la mesa de trabajo, y a organizar todo para cuando llegara la otra clienta. Lastimosamente no tenía mucho tiempo para organizar y en cuanto termine de barrer tocaron a la puerta del Spa.

Observé con algo de curiosidad por unos minutos a la persona que entraba por la puerta del salón, su cara se me había muy conocida, siento que la había visto en algún lugar. Lo primero que llamo mi atención fueron los ojos de aquella señora era de un color miel, que contrastaban con su cabello negro azabache, el cuál Lucia unas ondas completamente definidas, supe en ese instante que era de esas señoras conservadas, cuya edad no era la que aparentan.

—Buenas noches, en qué puedo ayudarle?. – comenté mientras me dirigía a sentarme de nuevo en la mesa de trabajo.

—Hola buenas noches, hice una reservación para uñas acrílicas y una pedicura sencilla. – comentó con voz sutil.

—Ok, perfecto, en estos momentos Nina no se encuentra, pero mucho gusto, mi nombre es Emma y sere la encargada de atenderla la noche de hoy.– mencione mientras ella tomaba asiento y yo buscaba discretamente en Google como hacer el servicio que ella me estaba pidiendo.

El servicio transcurrió tranquilamente, me sorprendió a mi misma ver qué ese trabajo a pesar de ser un poco más complicado que el anterior, me salía de lo más natural.

En un momento de la noche la señora tuvo una conversación la cual llamo mi atención.

—Pero puedes venir, no hay problema ya has venido antes, y me esperas aquí mientras terminan de atenderme, Killian por favor, no quiero irme sola de regreso, no creo que tu padre pueda pasarme buscando. – hizo una pausa, la cual supuse que era porque la otra persona estaba hablando. – sí, está bien yo estoy pendiente cuando vengas, dale, te espero entonces.

No pude evitar preguntar, si alguien más vendría, ya que en uno de los carteles en el salón claramente estaba la frase "No se aceptan acompañantes"

—Amiga, disculpa, vendrá alguien? .– pregunté mientras terminaba de pintar sus uñas.

—Ay si, disculpa, viene mi hijo, es que ya para cuando salga será muy tarde y me da miedo regresar sola, mi esposo no podrá venir por mi, no hay problema?.

Love Yourself, Emma. (Completa, Sin Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora