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Vegas y Pete solían compartir mucho tiempo juntas después de la gran guerra, no podían culparlas, prácticamente solo se tenían la una a la otra. A pesar de que Macao convivía mucho tiempo con ellas, la verdad era que dedicaba mucho tiempo a Kim y Chay.

Era inevitable que ellas vivieran un poco alejadas de la gran familia Theeraphanyakul, pero a veces Pete era agradable con Porsche; siempre que no intentara hablar de trabajo. Sobretodo porque Vegas había insistido en no reclamar más de lo necesario para vivir, no importaba las veces que Pete la amenazó. Pero en el fondo ambas sabían que era por paz mental, que Vegas no quería el gran imperio porque estaba feliz ahora, porque ya no tenía presión alguna y porque tiene a Pete para ella sola.

Cuando las aguas se calman un poco, Vegas decide volver a la universidad y Pete simplemente se quedaba en casa esperando, tomaba algunos cursos en línea sobre negocios pero ese tema era algo casi prohibido. Así que le mentía a Vegas diciendo que tomaba clases de pintura. Pete estudiaba a escondidas de Vegas porque entonces Vegas le diría que buscara algo que le guste, y no algo que piense que servirá para ser parte de la familia Theeraphanyakul. Además que Vegas se rehusaba a volver a trabajar con Kinn y Porsche, entonces se dedicaba a cuidar algunos de sus clubes y dirigía un pequeño hotel de la cadena Theeraphanyakul.

Los meses continuaron, el invierno se fue y la primavera llegó en su lugar. Tailandia tenía un clima cálido y las personas ya comenzaban a usar ropa ligera. Pete creció llena de estereotipos, su padre la obligaba a usar vestidos y faldas cortas, la humillaba frente sus amigos y la hacía pelear en vestido para que se sientiera incómoda. Pete aún recuerda como su padre se aferraba a la falda de su vestido mientras lo golpeaba repetidas veces, incluso cuando suplicaba, también recuerda que ese día fue la última vez que usó un vestido. Habían pasado casi doce años desde que eso pasó y Pete seguía vistiendo con pantalones en su mayoría flojos, aún recuerda haberle rogado a Erika que le dejara obtener una talla más grande para su uniforme de guardaespaldas.

Pero ahora Pete era libre, ya no trabajaba para la primera familia, su padre ya no existía y ahora cualquier persona que siquiera pensara hacerle algo, sería asesinada por Vegas o algún guardaespaldas.

Se paró frente a su closet y buscó por un rato, encontró muchos pantalones con distintos diseños, un par de shorts holgados y camisas oversize. Frunció el ceño un poco molesta, no tardó mucho en volver a acomodar toda la ropa regada y de repente estaba en su rumbo al centro comercial más cercano.

Había convencido a Nop que un rato a solas le caería bien, llevaba el GPS encendido y su arma, aún así sabía que Nop iba detrás de ella por orden de Vegas. No tardó mucho en llegar hasta una plaza, no era la mejor de Bangkok pero era donde Pete se sentía cómoda. Caminó y caminó hasta que vio una tienda con maniquíes con vestidos y faldas afuera, entró y sentía todo su cuerpo extraño, como si no perteneciera. Estaba a punto de huir pero cuando se dio la vuelta, Nop estaba ahí parado en la puerta viéndola como un padre miraría a su hija, se miraba casi orgulloso. Pete dio la vuelta y comenzó a entretenerse con la ropa, sus manos estaban curiosas tocando telas con distintos diseños y texturas, unas más suaves, otras gruesas y ásperas.

Vio en su teléfono un par de ideas y comenzó a tomar ropa, en su mayoría vestidos lisos, uno que otro floreado o con diseño, faldas de distintos colores y tamaños, pantalones ajustados y encontró una que otra camisa bonita para Vegas. Pagó rápidamente y salió de la tienda con Nop detrás de ella, también pasó por una tienda de maquillaje donde fue tratada de maravilla, la chica que atendía incluso le ayudó a encontrar todo conforme a su color de piel. El camino de regreso a casa fue un poco lento y aburrido.

Eran alrededor de las seis de la tarde cuando Pete se metió a la ducha, esa noche usó todos los productos ridículamente caros que Vegas alguna vez le había regalado, salió de la ducha oliendo a frutos rojos. Caminó hasta la cama en el centro de la habitación donde se encontraba su ropa, había escogido un vestido negro liso, un poco corto y de tirantes, hacía s su piel miel destacar y unos tacones del mismo color con una punta mortal, estaba seguro que sus pies dolerían al día siguiente. Se maquilló un poco, siguiendo un tutorial de internet, sus mejillas quedaron rojitas, sus labios jugosos con un labial sabor cereza y también se había atrevido a usar máscara de pestañas. Se miró al espejo un par de veces antes de tomar valor y enviar un mensaje a Vegas.

dress. |VegasPete fem! One Shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora