Desde muy pequeño te conocí, me parecisteis alguien increíble la verdad, lleno de misterios, secretos, regalos incluso te consideraba mi amigo. Llegaste en una época donde no sabía realmente cual era tu trabajo, nunca lo mencionaste, solo te presentaste como un interesado en mi bienestar y mis sentimientos, alborotando y despertando en mi la naturaleza más extrema que he conocido hasta ahora. Pude observar cómo poco a poco fuiste adueñándote de una parte muy importante que consideraba lo más preciado, hasta el momento en el que llegó la primera decepción. Con ella, fui desencantandome lentamente, al ver cómo priorizabas el amor por encima de todo y no te importo como me sentía, que tenía para decir, sin poderme escuchar tan siquiera, pero eso es otra parte de la historia y no quiero salirme del tema. Siento que me usaste de tal manera que era obvio que la confianza que habías ganado por años la perdiste, en tan solo un día. Decidí emprender una campaña contra ti, porque para mi eres un enemigo más, tan solo si mantuvieses tu palabra y hablases claro me quedaría callado pero no fue así, y en acto de venganza la aceptaste pero tus golpes siempre fueron bajos, no como yo, que te fui de frente siempre. Durante años, te vencí en todas las peleas, sin importar que estabas K.O seguía dándote con rabia, porque lo que me hiciste no se hace y todos al saber lo que realmente sucedía decidieron mantenerse al margen y nadie se metió. A raíz de esto, priorice mis amistades, cerré el círculo de mis amigos y ante todo con la cabeza fría es que tomo las decisiones, siempre atento por si una jugada maestra tuya está por detrás, aunque se que no te gusta perder y que para ti no va a quedar así, pues te dije que tampoco me gustaba perder, tan siquiera una pelea y hasta ahora sigo invicto. Deseche tus mentiras de una vez por todas, porque supiste que estaba mal en algún momento, pero no me viste llorar, eso si, nunca te lo permití, porque mi orgullo no me dejo , además, que mira que me lo advirtieron pero cómo eras viejo conocido me cegué, no escuché y seguí adelante para darme con una piedra más grande cada día. Por tu culpa, deje de creer, me sentí mal, por poco me ahogo en mi, suerte que todos no son como tú, pero me quedo con la experiencia de no confiar en todo el que llega, primero se analiza y luego se ve que ocurre, ya que al final siempre fallan en algo que los delata. Aunque, te confieso que gracias a ti, por tu descaro, decidí abrir mi propio blog, no para mencionarte, sino para escribir mis propias líneas, producto de los malos y buenos ratos que he vivido, y gracias a eso, hoy soy más que feliz, porque al limitarte a ti, se abrió otra puerta llena de sinceridad, la cual no cerrare ni por el contrato más millonario que pueda existir, ya que es parte de mi vida en estos momentos y no tiene precio. En cuanto a ti, nuestra pelea no termina, pero si un capítulo que guardo para siempre en el cual te vuelvo a vencer con los ojos cerrados.
Demonio !!!!