Yo sabía que el asesinaba a los borrachos, asesinos, violadores, las lacras de la sociedad. Una vez lo presencié. Enterró su cuchillo en el pecho de aquel infeliz, se rio de manera sádica, me miró con sus ojos rubí resplandecientes y le pegó en el rostro, gozando del último aliento que daba el cuerpo magullado. Yo lo sabía y aún así decidí amarlo. Lo amaba con todo mi corazón, me entregaba a el sin miedo, sabía que el jamás me haría daño, que él era, en el fondo, era una buena persona o por lo menos para mi, lo era. Jamás me puso un dedo encima sin que yo lo consintiera. Me besaba con pasión con sus labios suaves, me envolvían, sus manos tocaban los lugares exactos, me hacía estremecer de placer y dormía sobre su fibrosos pecho color canela. Nunca dudé de él, ni si quiera cuando, por un error mato a alguien en frente de un par de testigos que se escaparon del lugar y dieron aviso a las autoridades. Imagínense el terror que debió sentir mi amado y yo no poder hacer nada más que observar como se desarrollaba aquella historia. No dude de él cuando llegó corriendo a mi lado, cuando me dijo que por un tiempo no nos veríamos, cuando me beso rápido y sin cariño y se fue a toda prisa sin explicación más que esa. Aquel mes entraba a la universidad de mis sueños, a la carrera de mis sueños. Un lugar donde la creatividad y la individualidad estaba permitida. Mi sede de pintura era perfecta, podía dar rienda suelta a mi imaginación y a la infinita tristeza que sentía en aquel momento. Añoraba su voz cantarina, su cabello castaño, su piel se chocolate y su amor desmedido. Porqué con Alastor era todo o nada. Pintaba cuadros tristes, que hablaban de una añoranza y melancolía que se impregnada en mi alma, un compañero se dio cuenta, no me preguntó más nada, solo me llevo a un cuarto insonoro en la sede de música y me dejó solo para que llorara y gritara en paz. Fue liberador , me sirvió para agarrar fuerzas, sobre todo al ver en las noticias el rostro de mi amado, siendo buscado por cargo de asesinato. Ahora todo tenía sentido, sabía que el no me había dejado, seguía al lado mío, seguía amándome como siempre, solo que la justicia se interponía entre nosotros.
Pasaron las semanas, yo iba sagradamente a clases ya que en nuestra casa habían muchas memorias. Un día quise salir, salir de aquella ciudad para adentrarme en el campo, necesitaba aire fresco, algún otro paisaje, necesitaba inspiración para mis pinturas y liberar mi alma. Fui hasta un lugar remoto, dónde la tierra se dividía en dos por un río poderoso, pasto verde crecía descontrolado, indomable, el cielo estaba nublado y el frío calaba en los huesos. Pero yo estaba feliz, mi piel se renovaba, mi aliento se refrescaba y al abrir nuevamente los ojos lo vi, lo vi al otro lado de la orilla. Estaba como el día en que se separó de mi, me llamaba y yo corrí, no me importo adentrarme al rio, mojarme hasta la cintura con contar de tenerlo. Lo estreche entre mis brazos, di una bocanada a su aroma viril y llore n sus brazos por el gran reencuentro.
-Discúlpame, querido-me acariciaba el cabello.
-No me importa con tal de tenerte conmigo-lo bese con pasión. Extrañaba tanto aquellos toques, nuestros labios seguían encajando a la perfección, era como si el tiempo no hubiera pasado entre los dos. El siempre sería mío, mi Alastor.
-No tengo mucho tiempo-Se le veía asustado, ansioso como pocas veces. Yo no sabía que es lo que me tenía que decir ni como me encontró, nada, solo sabía lo que yo sentía.
-Iré contigo-dije resuelto. Ya no me importaba la universidad, ni mis estudios, ni mi familia, solo él.
-Me persiguen, soy el hombre más buscado de Estados Unidos-intentaba que yo entrara en razón pero yo negué con la cabeza, ya había tomado mi decisión. Mi amado no entendía cuál era la magnitud de mi amor, que lo lograba todo contar de pasar unos segundos a su lado.
-No me importa, escaparemos juntos-sellamos todo con un beso. Se rindió ante la idea y me llevo con él por aquel camino rocoso y accidentado que se nos venia. Lo seguí por colinas, valles, campos, mares y todo territorio conquistado por el hombre. Nos quedábamos en casas abandonadas, nos daba tiempo para hacer el amor a la intemperie y fue una experiencia exquisita, nos amamos tanto, nos deseábamos más que la adrenalina de saber que era buscado, que lo consideraban peligroso. Un día nos pillaron, me tomo de la mano y corrió conmigo acuestas, sentía que mis pulmones iban a explorar pero no podía parar, no ahora. De repente sentí un silbido pasar por mis oídos, y Alastor soltó mi mano, dejo de moverse y se desplomó sin aviso alguno, haciendo un sonido pesado, de dolor. Llegaron los hombres armados de la policía y me separaron del cuerpo inerte de mi amado. La última imagen que vi fue un chorro carmín de sangre que brotaba de su cráneo. Aquel silbido, aquellos hombres habían matado a mi novio en frente de mis narices y yo no pude detenerlos ni protegernos. Me llevaron a una ambulancia, me revisaron y me hablaban en un idioma que no podía entender, no podía escuchar nada más que mi corazón bombear, me revisaron, me dieron el alta y me llevaron a un cuarto y recién ahí pude comprender lo que me decían.
-¿Le obligó el señor Alastor a permanecer a su lado?-¿Qué si me obligó? ¿Qué clase de pregunta estúpida era esa? No hice más que llorar, no podía encontrar consuelo en ninguna parte, me habían quitado mi razón de existir ¿Qué más querían? Ellos lo interpretaron como que me había secuestrado, me pusieron bajo vigilancia legal y se olvidaron de mi caso y la de mi amado. Pero yo jamás pude olvidar nada. Aún al día de hoy recuerdo aquel sonido, el viento, la caída del cuerpo al suelo, la sangre que salía a borbotones. Pero se que él me sigue amando desde algún lejano lugar, yo aún lo amo y nuestro hijo, fruto de aquellos días de escape, me lo recuerda día a día. No lo sabes, pero sacó tus hermosos ojos rubí, aunque su cabello es castaño claro, casi rubio, es como el mío. Pero tiene tu sonrisa, tu elocuencia, nadie dudaría de que es tu retoño. Lo guardo como un tesoro, lo protejo como si fueras tu y nos amamos como una hermosa familia. No hay día de que no le recuerde a su brillante padre, de tu sentido del humor, de la música que tanto adorabas bailar conmigo. Se que nos volveremos a encontrar, se que esta es tan solo una prueba más en nuestro camino, porque tú nunca rompes tus promesas y me prometiste amarme hasta después de la muerte, jamás dudaría de ti. Hoy voy a visitar aquel lugar, aquel campo floreado y veo una sola flor roja, teñida de sangre, de tu sangre y sonrió, porque estás aquí, en mi corazón, mi querido amor asesino
FIN
-pequeño fanfic para anunciar que volveré con más historias, espero que les guste y si me dejan un comentario sería lo mejor. Nos vemos-
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"Killer love"
Short Story"El amor lo puede todo, incluso perdura más allá que la muerte" Radiodust 🦌🕷️