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Un silencio cómodo y ameno abraza la habitación de Lee. Las paredes de tono beige claro. Cama y habitación perfectamente ordenadas y un escritorio en dónde dos muchachos se encuentran estudiando.

Nana en más de una ocasión siente sus ojos cerrarse con pesadez y casi caer en sueño hasta que Jeno lo pincha con la goma del lápiz.

Resolvió lo últimos ejercicios por décima vez y se lo mostró al inteligente con ansiedad.

—Dime que lo hice bien, por favor —casi implora.

La noche cayó hacía rato. Llevan al menos cinco horas estudiando uno al lado del otro.

Jeno revisa.

—Si respondes así en el examen, pasarás cerca de sesenta puntos.

—Nunca he llegado a una nota en matemática tan alta, ¿Cómo estás tan seguro? ¿Me mientes? —cuestiona con emoción, sus ojos brillando de ilusión.

—Es que tienes a un novio instructor perfecto —le sonríe con orgullo.

Na pone los ojos en blanco. —Si, si, señor sabelotodo.

—¿Te estás burlando de mí?

—¿Quién sabe? —se hizo el que no sabe mientras se levanta de la silla y se sentó en la cómoda cama.

Jeno con una sonrisa que no se borró de sus labios lo siguió, acomodándose a su lado y empieza a picotear el abdomen ajeno.

—Yah, deja —se ríe. Es muy cosquilludo.

—¿Y si no quiero, señor rebelde?

Jaemin no esperó e inició un ataque de cosquillas al contrario. Ambos se atacaron mutuamente mientras empiezan a rodar por la cama.

No supo en qué momento Jeno entro entre sus piernas encima suyo y aprisionó sus muñecas juntas con una sola mano arriba de su cabeza. Sus pechos suben y bajan de manera errática, rozandose. Poco a poco, la comisura de los labios del pelirosa bajo lentamente dejando de sonreír al notar la seriedad de la situación y por alguna razón, la extraña tensión.

Su corazón dió un vuelco al ver a Jeno poco a poco acercándose a sus labios de manera peligrosa.

Es entendible, llevan cinco días de novios y no han pasado más de agarres de manos, abrazos y besos en la mejilla. Algo que prácticamente hacían siendo amigos.

Pero ya no son amigos, son una pareja.

No es raro que quiera besarle, es algo normal de los novios y aunque su estómago se revuelve, cerró los ojos con fuerza esperando la unión de sus labios.

Esperó.

Y sintió como un piquito en su frente.

Abrió los ojos y vio la mirada de ternura en el azabache con confusión.

(Boy)friends [Nomin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora