LOVER | Enzo Fernández

02

Manchester, Inglaterra.
17:05pm

Un día después de lo ocurrido no volví a saber más sobre Enzo y aunque de vez en cuándo me surgían las ganas de stalkear su perfil de Instagram sabía que lo mejor era mantenerme alejada de todo lo que tuviera que ver con él.

Julián había llegado hace unos minutos de entrenar por lo que teníamos el resto del día libre, elegimos quedarnos en casa y mirar películas en Netflix y aunque fuera algo tan sencillo disfrutaba hacerlo a su lado. Comienzo a mirar algunas opciones pero ninguna me convence, ambos teníamos gustos totalmente diferentes, Julián prefería más las películas de acción y ficción, en cambio a mí me fascinaban sólo las de drama y suspenso.

Desvío mi atención hacía mi celular que estaba a mi lado sobre el sillón, un mensaje acababa de llegar. Enzo.

"@enzojfernandez te ha enviado un mensaje: Estoy afuera de la casa, salí"

La desesperación se apodera de mí inmediatamente, entro al chat y tecleo nerviosa.

"@miaconte: ¿Qué haces acá? Julián está en casa"

"@enzojfernandez te ha enviado un mensaje:
Es rápido, salí Mía"

"@miaconte: Estás mal, ándate"

Llevo mi mano a mi frente, cerrando los ojos mostrando la desesperación que estaba sintiendo. Desvío mi mirada nuevamente hacía mi celular dejándome ver la respuesta de Enzo.

"@enzojfernandez te ha enviado un mensaje:
No me voy a ir hasta que salgas, vos fíjate que haces 🤷🏻‍♂️"

Respiro hondo tratando de mantener la calma, me pongo de pie y comienzo a subir cada escalón de la escalera que llevaba hacía el baño. Con cuidado me acerco escuchando el ruido de la lluvia caer, señal de que Julián seguía en la ducha. Bajo nuevamente las escaleras y me dirijo hacía la entrada para salir de una vez de la casa.

Una vez fuera comienzo a buscar a Enzo pero no lo veía por ninguna parte, ¿había sido mentira? Y yo de estúpida caí. Me doy la vuelta furiosa para regresar a la casa pero una figura mucho más alta que yo lo impide.

— ¿Me buscabas? — subo mi mirada dejándome ver una sonrisa burlista en el rostro de Enzo, ya estaba demasiado molesta para que se me burlara en mi propia cara. Reacciono pegándole un puño en su abdomen a lo que ríe.

— ¿Qué haces acá? Nos pueden ver — miro hacía nuestro alrededor tomándolo de la mano para llevarlo detrás de la casa dónde no hubiera riego de que Julián nos viera.

— Relájate un poco, nadie nos va a ver — sonríe tranquilo.

— ¿A qué viniste Enzo? — pregunto sin dejar pasar más tiempo.

— Te quería ver antes de volver a Londres, no me quería ir sin despedirme de vos — se acerca a mí pero inmediatamente tomo distancia de él.

— Ándate, por favor — pido.

— Dale Mía, ¿vas a negar que también me extrañas cómo yo a vos? — pregunta mientras se acerca nuevamente a mí pero esta vez no reacciono. Era tan débil a su lado.