Secreto

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—Vete antes de que lo descubra.—Dijo al volver. El chico besó sus labios antes de tomar su ropa para vestirse— Vuelves conmigo esta noche ¿Verdad?

—Siempre.—Sonrió mientras atrapaba sus labios en un nuevo beso.


Era sencillo saber cuando alguno de los dos hombres iba paseando por la villa y era más sencillo aún, saber quien era cada quien.

Los suspiros de las mujeres, tanto solteras como casadas, se podían oír en el aire, acompañando las brisas de aquella cálida primavera. Las sonrisas y miradas tímidas hacia el hombre de treinta y cuatro años, no se hacían esperar. La mayoría, buscando la manera de llamar su atención aunque sea por unos minutos, mientras que otras solo se limitaban a mirar a distancia. Porque su vista era libre ¿No? Nadie podía culparlas, era Kakashi Hatake.

Por otro lado, aún si se tenía los ojos cerrados, era muy fácil reconocer que Itachi paseaba por las calles de aquella pintoresca aldea. Y no tenía nada que ver con que las mujeres dijeran su nombre con la voz lo suficientemente alta, sino que a diferencia del sujeto anterior, este se ganaba los gritos enamorados de las damas.
Hacía menos de un año que había regresado a la aldea luego de saber toda la verdad sobre Danzo y sus planes.

¡Costó! Le costó demasiado el poder volver a adaptarse una vez más a su antigua vida. Pudiendo bajar un poco la guardia sin correr el riesgo de que un kunai se entierre en su garganta.
Los Shinobis con los que había compartido durante diez años, eran ninjas rango S. Tenían poderes asombrosos y una locura que convencía a cualquiera de huir de ellos.

Aún así, Itachi extrañaba la tranquilidad que el ser ninja renegado le había traído.
Solía pasar su tiempo con Kisame, quien había sido su compañero en aquella desquiciada organización y al encontrarse todos juntos, solo debía ignorar a Deidara y Hidan. Un joven rubio que amaba explorar y explotar su supuesto arte y un hombre de cabello plateado y peinado hacia atrás que vivía para su dios Hashin. O así fue hasta que el joven Nara acabó con él en lo que Itachi podía reconocer como una magnífica estrategia.

—¿Quieres ir a beber algo? —El azabache giró su cabeza al oír la voz profunda y cansada del sensei.

Mostrando una pequeña sonrisa agradecida por la invitación, caminó junto al sujeto de cabello plateado hasta el puesto al que lo solía llevar cuando estaba entrando en la adolescencia. Recordaba con cariño cada invitación de quien había sido su sempai para distraerlo de las situaciones vividas en cada misión.

Kakashi sabía que era un chico completamente capaz de cumplir con cada misión asignada y no demostrar si se encontraba afectado o no. Aún así, también sabía que sus padres no lo consolaban como debían, siendo que él era quien asesinaba a sus enemigos a la corta edad de trece años.

Una nueva ola de suspiros se alcanzó a escuchar a medida que avanzaban. Itachi, a pesar de su incomodidad, sonreía con agradecimiento y amabilidad por aquel elogio.
Por otro lado, Kakashi solo mantenía su vista al frente con la misma mirada aburrida que le dedicaba a cada persona que le hablara.

Su único ojo visible, giró hacia su acompañante. Su mirada se encontraba fija en el suelo y las mejillas que normalmente eran de un color piel demasiado claro, ahora se encontraban sonrojadas.

Un suspiro de molestia escapó de sus labios, amortiguándose en la máscara que siempre portaba.
No iba a negar que le encantaba la situación en la que se encontraba con quien había sido su Kohai cuando estaban en ANBU. Sin embargo, odiaba tener que mantener la distancia siempre que estuvieran en las calles de la aldea.

Desde hacía unos meses, las cosas habían cambiado entre ellos.
Se habían acercado el uno al otro luego de que Itachi sea considerado inocente de toda la mierda por la que había tenido que pasar por culpa de Shimura. Uno se había acercado en busca de la protección y consuelo que bien sabía que no necesitaba pero si quería, mientras que el otro, con la intención de poder tranquilizar aunque sea un poco de la culpa que lo había invadido por no haber descubierto antes lo que le sucedía al más joven.

Secreto (KakaIta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora