Shuumatsu no Valkyrie Mexico

Amor Eterno

4 de abril 1979

Culiacán Sinaloa México

En la camilla de un hospital se encontraba postrada una anciana con la mayoría de su cuerpo cubierto en quemaduras de segundo y tercer grado lisiada e incapaz de mover la mitad inferior de su cuerpo cualquiera que la viera en aquel estado deplorable no podría imaginar ni la mitad por lo que habría pasado en su vida

Una vida llena de dolor desventuras e injusticia a la que ella se enfrento

Su cuerpo lentamente dejaba de funcionar y mientras su respiración se detenia aquella anciana en su mente rememoro por un instante los momentos que la llevaron hasta aquel misero final sujetando firmemente un objeto entre sus manos

Recordando aquella lucha armada a la que ella se unió y la cual la rechazo no por sus ideales sino por su condición de mujer

Su familia quienes la despreciaron y repudiaron por seguir su convicción dejando su hogar

Aquel breve matrimonio que termino en tragedia al enviudar tras un par de años debido a una enfermedad mortal

El accidente que la dejo lisiada y cuyo cobarde causante no tuvo el valor de responsabilizarse huyendo de la escena y escondiéndose como vil cucaracha

Su encierro en un asilo de ancianos

Y finalmente ese ultimo incendio que la dejo en aquel miserable estado y del cual fuera rescatada únicamente por uno de sus perros

Un final indigno para una buena mujer

Una lagrima recorrió el rostro de Valentina mientras dejaba salir sus últimas palabras apretando con las ultimas de sus fuerzas aquel objeto

¿Acaso era un lamento o una maldición al mundo por su miserable vida?...

-Me...gustaría...-débilmente y sin que nadie la escuchara la mujer hablo-...hacerlo...todo...igual...otra vez...

NO

Ella se negó incluso en sus últimos momentos a ser una victima ya que en aquellos instantes solo tenía en su mente lo que ella realmente había conseguido en sus años de vida

A sus amigos y compañeros de la lucha armada que tras la guerra le ayudaron a establecerse en la ciudad tras que su familia renegara de ella

A su padre y a su madre que vivían a través de sus ideales que le habían inculcado viviendo siempre en su corazón

A su esposo que fue el único hombre que amo y cuyos recuerdos siempre atesoro día a día

Aquel ultimo gran escape de ese asilo pues a pesar de estar lisiada logro escapar de aquel lugar que para ella era una prisión ya que prefería morir junto a sus fieles perros que vivir como una prisionera

Este no era el final que ella había esperado, pero mientras sostenía entre sus manos aquella medalla que la reconoce como veterana de la lucha solo podía pensar en lo que dijo en aquella entrevista

''Me llena de satisfacción y de orgullo pues después de haber servido en el ejercito maderista como soldado raso no obstante mi condición de mujer a mis 70 años de edad veo que bondadosamente se me tomo en cuenta''