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Sinopsis: Desde la primera noche de juego con tu hermano mayor, no podías esperar para pasar más tiempo para vincularte con él.
PLAYTIME PART. 2
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Estabas acurrucada en tus mantas después de terminar tu baño. Eran las 10:00 p. m. y estabas esperando que tu hermano volviera a jugar contigo. No podías esperar a verlo. Había estado fuera la mayor parte del día y lo extrañabas mucho. Haces un puchero al pensar que hoy fue el tiempo más largo que pasaste lejos de él.
Un suave golpe en tu puerta te hace saltar del shock, pero rápidamente sonríes después de ver a tu hermano mayor entrar por la puerta con una gran sonrisa en su rostro. "¡Bubba!" Corres hacia él en la puerta con los brazos abiertos, envolviendo su gran figura en un abrazo.
"Hola, mariquita" Cuando él no te devuelve el abrazo, te alejas de él con una clara expresión de confusión en tu rostro.
"¿Por qué no me abrazas?" Dices con tristeza y tus brazos caen a los costados.
Él simplemente se ríe de tu carita adorable. "¡Sorpresa!" Te muestra lo que ha estado sosteniendo a sus espaldas. Era el gran osito de peluche que viste en el centro comercial el otro día, y cuando lo pediste, tus padres dijeron que ya tenías demasiados, pero eso no impidió que Heeseung se lo comprara a su preciosa hermanita.
Jadeas y prácticamente arrancas el animal de peluche de sus brazos, presionándolo contra tu mejilla y sintiendo el calor y la suavidad de su pelaje. "¡Gracias, Bubba!"
Mientras te sentabas en tu cama abrazando al oso, Heeseung cerró la puerta, asegurándose de cerrarla antes de unirse a ti en la cama. "De nada, hermanita". Se inclina y te da un beso en la frente, haciéndote sentir cálido por dentro. "Ahora, ¿vas a jugar todo el día con ese osito o quieres jugar con tu gran Bubba?".
Su rostro se ilumina cuando arrojas al oso al otro lado de la cama e inmediatamente te aferras a su cintura. "Quiero jugar con el gran Bubba".
"Es lo que pensaba." No pierde el tiempo agarrando el dobladillo de tu camisa y tirando la tela suelta sobre tu cuerpo. "Brazos arriba", automáticamente obedeces y levantas los brazos para que él pueda quitarte la camisa. El suave rebote de tus tetas lo hace suspirar con nada más que puro placer mientras sonríe, y tú también. "Acuéstate, pequeña" La forma en que escuchas todo lo que dice sin siquiera cuestionarlo hace que su polla se ponga rígida debajo de su pijama.
Se acuesta entre tus piernas, nivelándose con tus montículos perfectos. Sacando la lengua, pasa por tu pezón erecto y tararea por la suavidad de su lengua. "Bubba", un maullido proviene de tu delicado cuerpo, y él chupa tu cogollo endurecido con su boca.
Naturalmente, tu espalda se arquea ligeramente y comienzas a mover las caderas contra él a medida que el calor entre tus piernas se intensifica.
Él nota la forma en que tus manos descansan a los costados y te agarra la muñeca, guiándote las manos hacia su cabeza. Pasaste cuidadosamente tus dedos por su suave cabello negro y él tarareó, deslizando su mano hasta tu pecho y ahuecando tu pecho con su mano suave y gentil. "Esto se siente bien, ¿verdad, mariquita?" Asientes con la cabeza, con los ojos vidriosos por la necesidad y la excitación.
