1. Musa

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El sonido de los besos era todo lo que se oía en aquel cuarto de azotea echó un desastre, ropa en el piso, la cama destendida con las cobijas tiradas sin importancia alguna

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El sonido de los besos era todo lo que se oía en aquel cuarto de azotea echó un desastre, ropa en el piso, la cama destendida con las cobijas tiradas sin importancia alguna.

—Eres jodidamente precioso —puso un largo mechón rubio detrás de su oreja—. Me encantas.

El chico rubio de piel canela sonrió y siguió el beso estando en el regazo del pelinegro fingiendo estocadas por encima de la ropa interior y enredando sus largos dedos en la cabellera larga y rizada, buscando profundizar el beso.

—Eres mío, todo mío —susurró en su oído mordiendo delicadamente el lóbulo.

—Todo tuyo Jungkook, soy todo tuyo —gimió al sentir como las grandes manos presionaron los huesos de sus caderas creando un movimiento contra la erección contraria.

Y aquellas palabras pronunciadas como un juramento bastaron para que Jungkook perdiera la cordura y se quitará el restante de su ropa, para después hacer lo mismo con su lindo novio que gimió ante la acción.

Porque cuando amas profundamente a alguien no solo te importa ver su cuerpo, buscas su alma, todo no es suficiente y quieres fundirte hasta ser solo uno.

No era sólo sexo, hacían el amor, pues se amaban incondicionalmente y solo aquellas cuatro paredes eran testigos.

Los dedos de Jungkook recorrían las largas piernas de Taehyung como si fueran fina porcelana, mientras este disfrutaba como la rizada cabellera pelinegra hacia cosquillar su pecho por el suave toque en el vaivén del beso, ambos amaban cuando una risita se les escapaba en medio de este y entonces Taehyung enredaba sus piernas en la cintura de Jungkook dandole libertad y autorización a este para fingir embestidas, y por el infierno cómo amaba que el ceño de Jungkook se frunciera al hacer esta acción y que a sus brazos se le marcaran las venas por la fuerza que ponía en el colchón por no aplastarlo a él, mientras tanto el gemía y entrecerraba sus ojos,  pues sabía que esto enloquecía a su amor.

—Di que soy tuyo —susurraba en el oído del pelinegro.

—E-Eres mío, todo mío —su voz salía cortada por la excitación.

Y Taehyung sonreía porque era verdad, era todo suyo.

Jungkook lo hacía lamerle los dedos para prepáralo y eso lo excitaba de sobremanera, los chupaba de forma inocente mientras miraba cómo la mirada de Jungkook se oscurecía y su mandíbula se marcaba por lo apretada que la ponía.

Dejaba de lamerlo y una línea de saliva quedaba, Jungkook tomaba su cintura y se posicionaba detrás de él, le gustaba sentir todo el cuerpo de Taehyung entre sus palmas.

El gran espejo que quedaba justo frente a ellos les servía para mirarse y no perderse lo que estaban haciendo.

Jungkook metía uno a uno sus dedos dentro de Taehyung mientras esté alzaba una pierna y lloriqueaba de placer, viéndose a través del espejo y eso era tan sensual porque les encantaba ver como los ponía el otro.

Still Loving You [KookTae]Where stories live. Discover now